martes, 11 de agosto de 2009

Cartas del Diablo a su sobrina II

Quizá pueda extrañar de que esta nueva subserie comience en el número II en lugar de en el número I, pero no pretenderá el lector que el Diablo vaya hacer las cosas bien. La verdad es que estos textos, algo modificados, proceden de una correspondencia real entre un tío y su sobrina. La sobrina sigue en el título y si el tío adopta el apelativo de Diablo es porque no ha informado a la destinataria de su intención, lo que no está bien, aunque no sé si llega al rango de diabólico. Como supongo que nunca llegará a leerlas, el anonimato queda cubierto y por otra parte tengo tal cantidad de sobrinos, entre reales e imaginarios que no creo que sea fácil adivinar a quién iban dirigidos los supuestos originales que en cualquier caso están muy cambiado. Además, ya dijo quién lo dijera, que no se escriben obras de arte con buenas intenciones. En cualquier caso, y al ponerme bajo la advocación de C.S.Lewis creo que me resguardo de cualquier crítica.


Y aquí está la Carta número II

La idea de que unos científicos están construyendo un cerebro y que este cerebro no tendrá emociones es algo que no puedo evitar que me haga sonreír. La lectura del Frankestein de la señora de Shelley (que creo que lo escribió en tres o cuatro días y creó un mito universal) contextualiza perfectamente el origen de esas ideas, el positivismo puro y duro del siglo XIX, muy, pero que muy superado. Ya Goya como artista lo había intuido cuando tituló uno de sus caprichos El sueño de la razón produce monstruos.




Un poquito más al día, vemos que esas ideas proceden de la denominada inteligencia artificial que empezó a desarrollar
Alan Turing hace ya mucho tiempo, demasiado, y que tiene sus orígenes en algunas ideas de Leibniz, e incluso de Ramon Llull, bastantes siglos antes. El test de Turing es falaz, no convence a nadie cuando se lee y está demostrado que es incompleto. En cualquier caso, Turing era una personalidad excepcional y te aconsejo que leas alguna biografía suya sencilla, como puede ser cualquiera de las publicadas en la editorial Nívola, que te recomiendo en su práctica totalidad. Por cierto que hay muchas de médicos y biólogos que pueden resultarte muy útiles, porque están muy bien hechas, son esquemáticas y aportan buenas bibliografías y fuentes de información.

Francis Crick, uno de los dos descubridores de la estructura del ADN, dedicó alguno de sus esfuerzos al final de su vida a la búsqueda científica del alma, qué publicó en un libro, exactamente con este título, y que no te recomiendo especialmente, más que nada porque al final no llega a ninguna conclusión segura. Aunque los avances en neurología son enormes y se ha logrado hacer escáneres y tomografías cada vez más precisos, se está muy, muy lejos de conocer la verdadera naturaleza del alma, e incluso simplemente del cerebro y de sus funciones racionales superiores. En efecto, las más elementales que dieron origen al behaviorismo fueron descubiertas por Paulov hace más de un siglo, y han sido demostradas, precisamente por Chomsky, como insuficientes para dar explicación de algo tan básico como el lenguaje humano. En los años 50, cuando Chomsky se dedicaba a lo que sabe, la lingüística, demolió el behaviorismo lingüístico representado por Skinner en aquel momento.

Uno de los libros más difíciles sobre psiquiatría, psicología y funcionamiento del cerebro es Las sombras de la mente de
Roger Penrose, en el cual, utilizando el teorema de Gödel, la mecánica cuántica y los microtúbulos, demuestra como en el cerebro se producían todo tipo de cálculos no computables. Roger Penrose es uno de los tres o cuatro genios más importante de los siglos XX y XXI, aunque es sobre todo conocido por sus trabajos en colaboración con Hawkins, un físico y matemático algo inferior que él. Después que Las sombras de la mente publicó otro ligeramente más asequible, me parece a mí, pero ya puestos convendría que leyeses Las sombras de la mente que es más completo y cuyas teorías están más asentadas. Esta nueva obra se titula Lo grande, lo pequeño y la mente humana.


En resumen, que la inteligencia artificial que empezó a desarrollar Marvin Minsky en los años 50 dista mucho de haberse convertido en ningún tipo de realidad y que hay quienes como Penrose demuestran que la inteligencia artificial se verá restringida como cualquier otro sistema formal por las limitaciones que impone Gödel en su teorema y que además se ven constreñidas por el comportamiento ostensiblemente cuántico de la actividad eléctrica de los microtúbulos. Quizá en el siglo XIX pudo creerse, en pleno mecanicismo y positivismo, que replicar un cerebro era factible. En el siglo XXI ya se sabe que no y hay como quienes Penrose que creen haber demostrado, en línea con Gödel y Heisenberg, que se trata de una realidad formalmente indecidible.

Fragmenta Collecta V : España Sagrada. Tomo I

Si en la entrada anterior le proponía al curioso lector, de forma retórica, que intentase establecer una hipótesis por la cual la reseña de la historia de Espasa había cercenada de las páginas del Boletín, no me atrevo a hacer lo mismo con esta nueva edición de la España Sagrada del Padre Flórez. Pocas obras tan útiles como la del burgalés y tan utilizadas y elogiadas por don Marcelino. Esta nueva edición que cuando, por fín, se publica la reseña ha alcanzado, con admirable laboriosidad, ya el tomo XXX, sigue siendo tan útil a pesar del paso del tiempo como lo fue en su día y la nueva impresión, tan manejable, de tipografía tan limpia, con generosos márgenes y blancos, la hace más útil que nunca.


La Fundación Ignacio Larramendi llegó al acuerdo con la Junta de Castilla y León para editar como polígrafo la obra del Padre Flórez, nacido, como se sabe, en Villadiego en 1702 e incluirlo dentro de la futura Biblioteca Digital de Castilla y León, que está realizando tras el correspondiente concurso público la empresa DIGIBIS.


La impresionante riqueza de noticias de la España Sagrada podrá entonces recuperarse a texto completo y así se aprovechará la inmensa cantidad de información que contienen sus páginas.


España Sagrada. Tomo I. Contiene una clave geográfica y geografía eclesiástica de los patriarcados, con el origen de las dignidades pontificias, contraído con la Iglesia de España y divisiones de las provincias antiguas de estos reinos / Enrique Flórez ; Estudio preliminar El P. Enrique Flórez y la España Sagrada, por F. Javier Campos y Fernández de Sevilla; edición de Rafael Lazcano. - Madrid : Editorial Revista Agustiniana, 2000. - CLXXXI, 315 p. - ISBN84-86998-87-0.

Si en el Boletín de 1999 daba noticia y me congratulaba de la nueva época de la Biblioteca de Autores Españoles, tengo mucho gusto en anunciar y reseñar un proyecto absolutamente fundamental como ha sido para la historiografía española la España Sagrada, y que ahora y de nuevo, con el afortunado título de Flórez 2000, ha vuelto a ver la luz. Quien desee tener una información más completa debe acudir al sitio http://www.agustiniana.com/, el sitio oficial de la editorial Revista Agustiniana quienes, lógicamente, editan esta obra monumental.

Como es sabido, la primera edición del tomo I de la España Sagrada apareció en Madrid en 1747 y pronto una segunda edición vio la luz, también en Madrid en 1754. Más de un siglo hubo que esperar esta obra clásica para estar de nuevo disponible y esta vez gracias al impulso de la Real Academia de la Historia que en 1879 volvió a publicarla dentro de sus series editoriales. Por fin y en el último año del siglo XX ha aparecido de nuevo La Clave Geográfica con la que se abría la España Sagrada ya desde un primer momento.

Hay que decir en primer lugar, que el trabajo de Flórez va enriquecido por un magnífico trabajo preliminar de Francisco Javier Campos y Fernández de Sevilla que titula El padre Enrique Flórez y la España Sagrada y que a lo largo de 181 páginas, llenas de erudición y aparato crítico, lleva a cabo un minuciosísimo estudio, tanto de la personalidad y metodología del gran historiador sacro como, lo que todavía es más importante, un análisis muy pormenorizado de la España Sagrada en la que nuestro introductor, disecciona de forma verdaderamente detallada los fines y la metodología de la obra, estudia ponderadamente las críticas que la España Sagrada recibió o ha seguido recibiendo y, por último, hace una breve relación de los continuadores de la obra del padre Flórez.

Analiza también toda la obra desde un punto de vista estrictamente formal, pues enumera títulos y contenidos, impresores y años, dedicatorias y apéndices, adornos e ilustraciones, adiciones y correcciones, así como los distintos agradecimientos que fueron apareciendo a lo largo de toda la publicación. Por último, Francisco Javier Campos cierra su eruditísima introducción con una bibliografía del padre Flórez verdaderamente exhaustiva, por más que siempre sea posible añadir tal o cual menudencia bibliográfica.

Ya casi mediado el volumen empieza el texto de esta nueva edición de la España Sagrada, tan familiar a todos los que se han adentrado en el estudio de la historia española y gracias a esta nueva edición tan sumamente accesible, especialmente si se tiene en cuenta las 20 páginas de índice alfabético, verdaderamente útil, que el libro recoge al final.

Para finalizar esta reseña, conviene recordar que esta nueva edición de la España Sagrada va a componerse de 56 tomos que irán apareciendo paulatinamente en estos próximos años y que, sin duda, constituirán en cualquier biblioteca que carezca de esta obra un extraordinario instrumento como, efectivamente, lo viene siendo desde hace ya dos siglos.

No sé si la editorial Revista Agustiniana tiene previsto en algún momento llevar a cabo una edición digital de la España Sagrada. Yo me alegraría mucho de que fuera así, pues por muy buenos y completos que sean los juegos de índices, nunca alcanzarán las potencialidades de la búsqueda a texto completo y, naturalmente, no olvido ni por un momento que el padre Flórez está incluido, como no podría ser de otra manera, dentro de la Biblioteca Virtual de Menéndez Pelayo de Polígrafos Españoles.

lunes, 10 de agosto de 2009

Fragmenta Collecta IV : Enciclopedia Espasa : historia de una aventura editorial

Al ir rescatando de la incuria estas reseñas, que yo creo que están más bien que mal, y que, en cualquier caso, daban noticia y esbozaban una pequeña crítica de obras, sin duda, significativas para la cultura española y, sobre todo, desde el punto de vista del Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, al pobre censurado (es decir, a mí) le queda siempre la perplejidad que se deriva de los criterios del censor. ¿Por qué se censuró esto y se publicaron otras? ¿A quién podía molestar?


Si algun lector de esta modesta entrada es capaz de darme una pista, le quedaré muy, pero que muy reconocido.


Enciclopedia Espasa : historia de una aventura editorial / Philippe Castellano ; traducción Caty Orero Sáez de Tejada ; [prólogo, José Carlos Mainer]. - Madrid : Espasa Calpe, 2000. - 582 p. - ISBN 84-239-9325-6


Me atrevería a afirmar que la Enciclopedia Espasa, el "Espasa" como es habitualmente citado, es la obra de mayor influencia intelectual en España en el siglo XX. Naturalmente esta idea no va a ser aceptada por nadie, pues se argumentará que la recepción de las nuevas ideas, de los nuevos conceptos que fueron fecundando la vida intelectual española a partir de la Restauración es debida a las lecturas de las obras originales, de las traducciones, de las revistas especializadas, de los viajes y becas en el extranjero y así sucesivamente. No importa. Una de las características esenciales de la influencia del Espasa en la cultura contemporánea española es su anonimato. Es decir, que mientras que para muchos autores resulta un timbre de erudición citar las obras que han leído, e incluso las que no han leído, las referencias al Espasa suelen omitirse cuidadosamente. Del Espasa se toman directamente los datos, a veces sin molestarse siquiera en variar la redacción, y se continua adelante. Cuántas veces, si tenemos la curiosidad de seguir la pista, o la obligación de deshacer algún enredijo bibliográfico, vemos como la transmisión repetida procede de un error del Espasa que se ha perpetuado durante veinte, treinta, cuarenta años. Por citar un solo ejemplo, Odriozola se quejaba y ponía de manifiesto cómo una confusión entre las obras de Francisco Camba y Julio Camba hacía aparecer en las referencias bibliográficas de este último, incluso entre quiénes decían conocer la obra del humorista gallego, alguna novela de su hermano. La fuente, el Espasa.

Por ello no es raro que la traducción al español del trabajo de Philippe Castellano haya pasado un tanto desapercibida; desde luego no se le han dedicado excesivas reseñas, ni se ha ahondado en la enorme influencia que Castellano desvela, parcial aunque suficientemente, en su obra. En primer lugar, hay que recordar que Enciclopedia Espasa : historia de una aventura editorial es la traducción de una tesis doctoral leída hace ya XX años y dirigida, como en cierto sentido era previsible, por Jean-François Botrel que, como es sabido, es el mejor estudioso del movimiento editorial español del siglo XIX y primer tercio del siglo XX.

El trabajo de Castellano llama la atención en primer lugar por su extraordinaria precisión metodológica y por el cartesianismo de su indagación. Verdaderamente, cuando se compara con alguno de los, por otra parte muy escasos, estudios dedicados a las editoriales o a los editores españoles y se contrasta con la metodología empleada por Castellano, hija seguramente de la dirección de la tesis doctoral por parte de Botrel, puede percibirse cómo todos los aspectos que caracterizan una empresa como la que se estudia en esas páginas están sistemáticamente analizadas.

La primera parte está dedicada a los aspectos financiero-económicos que transformaron la empresa familiar de José Espasa en la gran empresa Espasa-Calpe. Afortunadamente contamos ya con el magnífico trabajo de Mercedes Cabrera dedicado a José María Urgoiti, que nos aclara casi todos los aspectos de Papelera Española y de lo que fue Calpe. El capítulo II resulta interesante por el estudio comparativo que se realiza con el resto de las enciclopedias europeas y en particular alemanas, que sirvieron de ejemplo o que en algún caso fueron plagiadas directamente, con independencia de los acuerdos establecidos con algunas editoriales.

Verdaderamente rico e interesante es el capítulo III, en cuál se habla de la materialidad de la publicación, no de la impresión, que se analizará más adelante. Esos 15.000 ejemplares que se publican entre 1908 a 1920 y que pasan a 20.000 en 1923 suponen un retrato perfecto de como era la élite intelectual española, es decir los intelectuales propiamente dichos que manejaban, pero no solían citar el Espasa y lo que se ha venido en llamar el intelectuariado, es decir, esa población letrada y lectora que sin duda alguna necesitaba el Espasa para adquirir los conocimientos necesarios, para estar al día de lo que sucedía en el mundo con cierto grado de profundidad y para desentrañar las dificultades que pudieran surgir en la lectura de los libros que adquirían.

La segunda parte del libro está dedicada a la creación intelectual de la Enciclopedia y resulta de una importancia decisiva. Las listas de colaboradores de 1923 o de 1930, las instituciones de Barcelona o de Madrid que se integraron o vincularon al proyecto en cierta medida, revelan hasta qué punto la Enciclopedia Espasa fue una empresa intelectual de una magnitud suprema . Creo, y esto no lo dice el autor, que sólo el anonimato y cierto grado de retribución, no a los redactores habituales desde luego, sino a los colaboradores hicieron posible un proyecto de cooperación nacional, de acercamiento al conocimiento y a su transmisión que no ha tenido, ni tiene parangón en la historia de España. Es absolutamente asombroso ver la relación de colaboradores personales e institucionales que contribuyeron a redactar el Espasa y asombra que alguien fuera capaz de mantener una coordinación semejante. Si esto se compara con las dificultades que había tenido Don José Lázaro-Galdiano en otra empresa de la misma magnitud como La España Moderna, no puede uno dejar de asombrarse de la capacidad de organización de aquel José Espasa. Entre paréntesis diré, como en otras ocasiones, que sigue siendo una pena que la tesis de Raquel Asún sobre La España Moderna no se haya publicado nunca, pues son muy insuficientes los dos o tres artículos o colaboraciones como el de Archivum o el de la obra de colaboración dirigida por García Delgado en la que la profesora Asún sintetizaba sus investigaciones.

El capítulo III, dedicado al análisis del contenido de la Enciclopedia, es por su propia esencia discutible y, sin embargo, en mi opinión, resulta el más trascendental de todos, pues naturalmente el análisis del alcance y límite de las definiciones y de la orientación de las mismas es lo que califica el proceso de transmisión intelectual de las ideas. Me atrevería a discrepar ligeramente del Doctor Castellano, pues no creo yo que fueran explícitas, que no lo eran, ni siquiera expresas las normas de redacción que, en mi opinión, respondían perfectamente al ideario y al imaginario colectivo de lo que no hace tantos años se llamaba superestructura de la clase social que la redactaba y de la clase social, la misma, que suscribía o adquiría el Espasa.

La tercera parte resulta particularmente agradable, no es fácil encontrarse con ella en un libro dedicado al análisis intelectual, pues trata nada menos que de las condiciones materiales de la distribución de los conceptos, aspecto que obviamente resulta imprescindible conocer si se quiere tener una idea, siquiera aproximada, de cómo se produjo esa transmisión y no andar con fantasías moriscas, como suele ser habitual. No deja de ser curioso que autores que pueden quejarse repetidamente de las dificultades existentes para la transmisión de ideas en la actualidad, los imperios mediáticos, las presiones de las editoriales, el ninguneo crítico, supongan que históricamente esas condiciones no existían antes de su tiempo y que los libros se imprimían, encuadernaban, distribuían, vendían o se suscribían, sin que en ello mediara ningún tipo de esfuerzo intelectual. Si actualmente en España resulta francamente difícil que una obra supere los 3000 ejemplares de venta con una población que se ha más que doblado, resulta pues admirable, nuevamente, el esfuerzo material que permitió sostenidamente durante 30 años no ya la redacción y publicación del Espasa, sino su distribución y venta, incluyendo el proceso de optimización de la impresión, el análisis del papel y las ilustraciones, que tan atinadamente lleva a cabo el Doctor Castellanos.

Por el contrario, si se repasa mentalmente el análisis del proceso de edición de los grandes autores del 98 al que nos hemos visto sometidos estos últimos años, no dejará de sorprender cómo, excepto con rarísimas excepciones, los editores o historiadores de esa literatura suelen omitir cualquier referencia al proceso de fabricación del producto o de la revista en la que los noventayochistas publicaron, dando por supuesto que en horas veinticuatro pasaron de las musas al teatro y trazando influencias y elaborando teorías de la recepción sin un solo dato sobre tiradas, procesos editoriales, coste de los libros, y así sucesivamente.

Con esas premisas, esa tercera parte está distribuida de forma modelo en tres capítulos dedicados respectivamente a la impresión y encuadernación; la distribución; y, de forma verdaderamente sorprendente y absolutamente acertada, a la publicidad. Creo que con la excepción de alguna referencia a la publicidad de ciertas novelas de Blasco Ibáñez no recuerdo haber leído nunca nada y desde luego nada con el rigor de este capítulo en el análisis de un proceso intelectual español.

Lógicamente, a la vista del análisis de las sucesivas conclusiones que el doctor Castellano va llevando a cabo al finalizar cada capítulo y cada parte de la obra hay que andar desprovisto de mucho rigor científico para negar la tesis que se mantiene en este libro.

Dos son, pues, las enseñanzas que se desprenden de la realización de esta obra. El extraordinario método con que explícitamente se ha analizado el proceso de la creación del Espasa y la propia naturaleza del Espasa mismo. Como corolario, podría pues comentarse lo ya citado anteriormente, al inicio de esta reseña, la escasa fortuna, por así decirlo, de esta publicación (editada según creo en abril de 2000) que no ha conocido ninguna reimpresión ni reedición en todo un año, lo que resulta verdaderamente significativo y se han publicado durante este año algunas obras que no considero oportuno citar en las que sin duda alguna la consulta de este libro hubiera supuesto que determinadas afirmaciones tuvieran bastante más fundamento del que tienen en realidad. Realmente llega uno a preguntarse si la obra que estoy reseñando habría sido traducida y publicada en España, si la propia editorial Espasa no lo hubiera considerado interesante y lo hubiera distribuido fundamentalmente entre los suscriptores de la Enciclopedia, pues es lo cierto que, como si estuviéramos en pleno capítulo dedicado a la venta y distribución de la Enciclopedia Espasa, esta tesis de Philippe Castellano ha seguido caminos bastante alejados de los habituales en las librerías y, en definitiva, afirmar que no es fácil hacerse con un ejemplar de este libro si uno se muestra interesado por él.

Xavier Agenjo

viernes, 7 de agosto de 2009

Fragmenta Collecta III : Historia de la lectura pública en España de Luis García Ejarque

Según me voy recuperando de mi cirujía, sigo recuperando también los textos perdidos y no hallados en el Boletín del año 2002, censurados por las mismas razones por las que se censuraron al resto de los textos. ¿Qué razón había para omitir una modesta reseña sobre el magnífico libro de la Historia de la lectura pública en España de Luis García Ejarque. Seguro que menos aviesas que las que movieron al lápiz rojo del feroz censor para suprimir la repetidamente citada Crónica.


Mientras que el volumen de 2000 tenía 726 páginas, el de 2001 se quedó, a pesar de contar con un presupuesto ligeramente mayor, en 369. En su furor censor, suprimieron incluso el texto del lomo, lo cual hace más difícil el manejo de la colección, pero eso es verdaderamente peccata minuta.


Historia de la lectura pública en España / Luis García Ejarque. - 1ª ed. - Gijón : Ediciones Trea, 2000. - XVI, 533 p. - (Biblioteconomía y Administración cultural ; 35). - ISBN 84-95178-57-5

Luis García Ejarque ha sido uno de los mejores bibliotecarios españoles y aunque sus publicaciones han sido numerosas, su trabajo fundamental fue de orden práctico, especialmente desde 1958. Esta fecha es fundamental pues, como es sabido, desde ese momento empieza a funcionar en España un sistema de Depósito Legal verdaderamente eficaz y porque al mismo tiempo el Servicio Nacional de Lectura, dirigido de forma extraordinariamente acertada por Ejarque, dio unos magníficos frutos que, por desgracia, no fueron todo lo abundantes que hubieran podido ser. Esto no se debió, desde luego, a la falta de ideas, empuje y sentido de la organización, cualidades en las que Ejarque sobresalía, sino como consecuencia de una debilísima política presupuestaria dedicada a la lectura pública. Por desgracia, en 1985 al transferirse a las Comunidades Autónomas las competencias en bibliotecas, se desmanteló todo aquel sistema al que algunos políticos mal informados habían calificado de franquista y, que es lo cierto, todavía no ha vuelto a constituirse y edificarse de nuevo, a pesar de la buena gestión de alguna de las Comunidades Autónomas, debido a la absoluta inoperancia del Sistema Español de Bibliotecas.

Cuando Ejarque abandonó sus tareas de gestor comenzó a publicar una serie de libros verdaderamente extraordinarios, entre los que me gustaría señalar por su significado histórico y sobre todo por la gran cantidad de información que proporciona el dedicado a La formación del bibliotecario en España
[1], obra no superada, aunque sí sistemáticamente fusilada en todo tipo de tesis de (Biblioteconomía y) Documentación.

El libro objeto de esta reseña puede que corra la misma suerte, pues es formidable el arsenal de datos que proporciona, presentados de una forma muy aséptica y sin apenas pretensiones, aunque su metodología es original y, sobre todo, resulta extraordinariamente exhaustiva. El libro está dividido en 14 capítulos en los que se va historiando, con una enorme riqueza de datos, el proceso de la lectura pública en España, desde antecedentes remotísimos, como pueden ser nada menos que los del siglo XVI. Además de los 14 capítulos, que analizaré seguidamente, el libro presenta una bibliografía magnífica y perfectamente ajustada al hilo histórico conductor de toda la obra. Las cuarenta páginas de bibliografía son un trabajo formidable y constituyen un punto de arranque indispensable para cualquier indagación futura sobre las bibliotecas en España; pero no sólo sobre las bibliotecas, y esto es muy importante, sino sobre la instrucción pública, la historia del pensamiento, de la literatura y del patrimonio español, y en definitiva para la historia de la cultura. El libro va, además, enriquecido por un índice onomástico de cuarenta y seis páginas, que alcanza tal extensión (y es por ello tan útil) porque recoge todas las noticias y referencias a la totalidad de las bibliotecas mencionadas en el libro, varios centenares, que recoge incluso referencias a la Biblioteca del Instituto Provincial de Santander.

Los primeros capítulos del libro recogen procesos históricos muy poco o nada conocidos, como la Real Librería Pública de Valladolid, la Real Librería Pública de Madrid (capítulo 1), las bibliotecas públicas de cirugía (capítulo 2), los gabinetes de lectura (capítulo 3) o el deambular de la Dirección General de Instrucción Pública (capítulo 4) con su fundamental subcapítulo dedicado a la Ley Moyano. También muy interesante por lo poco conocido, aunque siempre citado de pasada, es el capítulo dedicado a la depuración de la lectura, con su epílogo bibliotecario tras la Guerra Civil, así como a la reconstrucción interior, nacida a partir de las actividades de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, los Centros Provinciales Coordinadores de Bibliotecas y el primer Servicio Nacional de Lectura. El capítulo 12 es muy interesante porque realiza un desapasionado análisis de las actividades bibliotecarias durante los Planes de Desarrollo, así como la aplicación de las normas para bibliotecas públicas de la FIAB (por cierto, traducidas siempre por el propio Ejarque).Con todo, el último epígrafe de este capítulo titulado Predicando en vano es sumamente significativo.

El libro se cierra con dos capítulos muy importantes, primero porque son historia viva del proceso experimentado por España durante la llamada II Restauración o Transición Española, y segundo porque el análisis del Ministerio de Cultura y de la lectura pública en las Comunidades Autónomas lo realiza justamente quién había sido principal protagonista durante la etapa anterior y conocedor, por tanto, de las transformaciones reales experimentadas por el sector en uno de los momentos históricos de mayor cambio político que ha visto España. Desde la desaparición de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas hasta la creación, en dos etapas, de la Dirección General del Libro y Bibliotecas (que nuevamente ha incorporado a los Archivos, y que Ejarque analiza brevemente en el epígrafe 13.18) al estudio pormenorizado de todas y cada una de las Comunidades Autónomas y sus proyectos y planes de lectura pública, Ejarque se muestra conocedor, documentado, muy documentado, de unas bibliotecas en plena transición.

En resumen, este libro es un extraordinario procedimiento para romper la campana de cristal con la que tanta frecuencia se aíslan los procesos culturales en España, como si éstos no hubieran estado tan fortísimamente condicionados, como en cualquier otro país, pero, y esto es muy importante, no de la misma manera, por las infraestructuras culturales existentes en cada periodo. El conocimiento, pues, de estos planes de creación de esas infraestructuras de modificación o de reformas es fundamental.

Al valor instrumental que el libro tiene se le une otro de aspecto crítico, sumamente riguroso pues como he dicho, a pesar de que Luis García Ejarque fue protagonista durante muchísimos años de la lectura pública en España, ha sido capaz de escribir una historia sin prejuicios, verdaderamente crítica, es decir, dotada de criterio y en la que en rarísimas ocasiones asoma el apasionamiento personal. Ojalá que todos los libros que publica la muy activa editorial Trea en su colección de Biblioteconomía y Administración Cultural tuvieran el rigor y la altura de este que ahora comento, pues con frecuencia junto con obras absolutamente indispensables, se deslizan trabajos mucho más mediocres con errores y, sobre todo, y este es un problema general, con documentación de segunda mano, cuando no referencias de oídas. Por el contrario, La historia de la lectura pública en España de Luis García Ejarque es un libro riguroso, crítico, documentado y que recoge un periodo histórico que inevitablemente desaparecerá tras la irrupción radical de Internet, como tal vez sólo su autor hubiera sido capaz de historiarlo.
-----------------------------------------------------
[1] La formación del bibliotecario en España : de la paleografía y la bibliografía a la biblioteconomía y la documentación / Luis García Ejarque. - Madrid : ANABAD, D.L. 1993. - 127 p. ; 24 cm. - (Colección Estudios). - ISBN 84-88716-09-5.

jueves, 6 de agosto de 2009

A Vuelta y Revuelta con la Crónica

Como pudiera darse el caso de que no funcionara correctamente el pdf de la entrada anterior, añado las imágenes por el momento sin marginalia y realmente este es uno de esos casos en los que se cumple el viejo adagio de que una imagen vale más que mil palabras, y aquí el curioso lector, tiene nada menos que 22 imágenes, 22.



























A vueltas con la Crónica

Por mucho que lo intenté parece que Word y Blogger (el editor de Google para blogs) no se entienden bien y se perdía todo el maravilloso juego de marcas, es decir el lápiz rojo del ceñudo censor, o azul en ocasiones, o incluso su bella tipografía cuando, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que la ría de Miera desemboca cada vez peor, adornó su pequeña intervención en la Crónica, así como la de algún acólito anónimo.

Por lo tanto la mejor manera de dar una imagen fidedigna de aquello, qué mejor que un pronombre relativo, para mencionarlo, que insertar la imagen en pdf.

C:\Users\user\Documents\2009\PDF\Cronica_2001

miércoles, 5 de agosto de 2009

Fragmenta Collecta II : La crónica del Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo del año 2001

Acabo de salir de una operación de cierta gravedad: una cirugía de aneurisma de aorta ascendente. Aunque la operación parece haber salido bastante bien, lo cierto es que el postoperatorio, especialmente en la UVI, es muy duro, sobre todo para una persona como yo. He pasado gran parte del tiempo intentando rezar e intentando recordar, que en mi caso no se si viene a ser lo mismo.
He tenido recuerdos buenos, memorias horribles y auténticas pesadillas con los ojos completamente abiertos. Mi época de Santander ha desfilado varias veces por la pantalla de mis recuerdos y no se como calificarla, pero desde luego no se encuentran entre mis mejores momentos. Ni comprendí entonces todas aquellas dificultades, zancadillas y puñaladas por la espalda y tampoco soy capaz de comprenderlas ahora, pero las hubo.
Una de las cosas más grotescas que sucedió cuando yo tenía ya decidido marcharme, fue la censura que sufrió la Crónica del Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo del año 2001. Creo que suerte similar, pero solo similar, ha padecido la del año 2000, por el acreditado procedimiento inquisitorial de hacer suprimir todos los ejemplares que correspondían a ese año, el LXXVI de la publicación. No sé si fue necesario quemarlos en el jardincillo junto a Benlliure, pero lo cierto es que no queda ni uno. Cuando escribo todo esto no se qué me parece más raro, si que estas circunstancias se hayan dado en la realidad o que todo ello haya ocurrido ya en el siglo XXI.
O tempora!
En cualquier caso, el curioso lector no tendrá acceso a ello en la red (de momento), puesto que el Boletín que se puede consultar en la Biblioteca Virtual Cervantes llega justamente a 1995, pues se corresponde a plana y renglón, a bits y bytes, a la edición que preparó, y corrió con los gastos, la Fundación MAPFRE Tavera. Ciertamente que esta circunstancia no consta por ninguna parte de la página correspondiente de la Biblioteca Virtual Cervantes, lo que no es culpa suya, sino de quién con tan poquito saber como abundante caradura va borrando las huellas del tiempo, verdaderamente nada tan poco menendezpelayano.
O mores!
Pues bien, para que molestase todavía menos la Crónica del año 2001 que lo que había molestado la Crónica del año 2002 (centón de noticias que decía Pablo Beltrán de Heredia), la Sociedad Menéndez Pelayo decidió censurar lo que el director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo y del Boletín había escrito, y, por lo tanto, tenía perfecto derecho a publicar. Casi lo consiguieron y además en una enmienda a la totalidad, pues de las 726 páginas del tomo de 2000 se paso a 368 del de 2001, por varios procedimientos, entre ellos eliminar algún artículo excelente ya admitido y compuesto de personas de la talla del profesor Abad o del profesor Tellechea, así como un buen montón de reseñas, varias de ellas mías, que era el que al parecer tenía más aguante. Ya en otra entrada anterior publiqué una de esas reseñas censuradas, nada menos que la de Juan Delgado Casado, cuya obra no debía de parecerles interesante, a pesar de estar dedicada a los premios bibliográficos de la Biblioteca Nacional que, además de su valor intrínseco, constituyeron una de las actividades más destacadas de don Marcelino, ¿don Marcelino?
Para lleva acabo el desmán la Sociedad delegó en uno de sus miembros para que negociara conmigo cuánto lápiz rojo era yo capaz de tragar y eligió para ello al miembro con el cual yo tenía mayor amistad personal. Con amigos como esos...
Yo transigí con todo, con tal de no retrasar la publicación del Boletín, pidiendo únicamente que una vez acordado qué palabras, frases, párrafos caerían bajo la suspicacia del docto tribunal, el texto iría ya a misa. No fue así, puesto que la mano ejecutora decidió adornarse y suprimir (y añadir) alguna que otra frase, en especial cuando hacían referencia, a la que no puedo aludir, como su modesta persona.
Si he llegado hasta aquí es porque tengo intención de seguidamente publicar el texto íntegro con su censura y creo que lo mejor va a ser hacerlo con las líneas rojas y tachaduras del control de cambios del programa word, que gracias a la amistad y al consejo de quién me la ha probado muchas veces, tuve el cuidado de marcarlo así antes de entregar el texto definitivo.
El curioso lector va a tener ocasión a continuación de leer una crónica societaria censurada por un amplio grupo de intelectuales residentes en la Atenas del Norte, la mayoría de los cuales sigue manteniendo conmigo una excelente relación, como si no hubiera pasado nada. No sólo pasó, sino que está a punto de volver a pasar, pero todo sea por la figura egregia de don Marcelino.
CRÓNICA DEL BOLETÍN DE 2001
24-12-2001

Boletín del 2000
Como siempre, importa reseñar, antes de nada, la publicación del Boletín del año anterior, es decir de 2000, cuyos 500 ejemplares se recibieron en la Biblioteca el 12 de enero de 2001, aunque no así las 30 separatas de 30 ejemplares cada una que se habían contratado. La rapidez con que se pudo llevar a cabo este nuevo número del órgano de expresión de la Sociedad, a pesar de que contaba con 726 páginas, se debió fundamentalmente a la diligencia del Secretario de Redacción, el profesor de Pensamiento Político de la Universidad del País Vasco, Gonzalo Capellán de Miguel, que dispuso y corrigió los originales para la imprenta, así como las correspondientes pruebas(con una pequeña ayuda) en apenas seis meses, lo que contrasta con los retrasos anteriores. Ya previamente se había hecho un gran esfuerzo para publicar, presentar y distribuir el Boletín de 1999, dentro del mismo año, -(ya que el Boletín de 1998 (tomo LXXIV) había acarreado tan considerable retraso)- y, como el lector recordará, se presentó el 1 de junio de 2000 en una magnífica conferencia de don Pedro Cátedra.

Es llamativo reseñar que en la presentación del Boletín del 2000, tomo LXXVI, que corrió esta vez a cargo del catedrático de la Universidad de Salamanca profesor Andrés Hinojo el día 30 de enero de 2001, se insistió en el carácter de poligrafía de sus páginas, lo que venía a contrastar con la tendencia a la especialización de la mayoría
de las revistas científicas españolas y extranjeras. Sin duda, esto es algo sujeto a discusión, pero quizá resulte empobrecedora para la comprensión general de lo que podrían denominarse ciencias humanas, la lectura por parte de especialistas de revistas centradas exclusivamente en su propia materia, lo que puede que acabe imponiendo una visión sumamente parcial de la cultura y en un empobrecimiento general de la visión académica, desconocedora de los avances o incluso del estado de la cuestión en el que se encuentran disciplinas afines y en ocasiones muy próximas. A veces resulta sorprendente el escaso conocimiento que poseen algunos filólogos acerca de la historia de la filosofía, o algunos historiadores, de la filología y la historia de la literatura, y así sucesivamente. Reseñar también que en el Boletín de 2000, ya tomo LXXVI de esta revista, desaparecieron los cargos de vicedirectores, creados durante el periodo de interinidad que supuso la jubilación del anterior director de la Biblioteca, don Manuel Revuelta. También se consideró oportuno, y la experiencia lo ha demostrado completamente eficaz, crear la figura de Secretario de Redacción, que se encomendó al miembro de la Junta Directiva, Profesor Doctor don Gonzalo Capellán de Miguel.

Sociedad Menéndez Pelayo
Una de las características de la nueva Junta de Gobierno es que ha multiplicado sus reuniones, que en el periodo anterior se limitaban a una convocatoria anual durante el verano, aprovechando la condición de veraneantes en Santander de gran parte de sus componentes.Por el contrario, la nueva Junta se ha reunido en numerosas ocasiones y ha experimentado cierto número de cambios debidos a incorporaciones y dimisiones.

En la Crónica anterior se reseñaba el proyecto, iniciativa del Presidente, don Benito Madariaga, de llevar a cabo una exposición de carácter divulgativo en torno a la figura de Menéndez Pelayo. Sin embargo, el Mecenazgo de la Fundación Marcelino Botín, con la que el propio Presidente había llevado a cabo negociaciones, no llegó a concretarse y la Junta de Gobierno tomó el acuerdo de posponer la exposición hasta el año 2003, fecha en la que se celebrará el 85 aniversario de la creación de la Sociedad Menéndez Pelayo (18 de octubre de 1918).

Por el contrario, sí ha llegado a buen puerto la iniciativa, así mismo del Presidente de la Sociedad, de publicar una Antología de Menéndez Pelayo. En efecto, se ha preparado dentro de la colección Escritores montañeses, que promueve la librería-editorial Estudio junto a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, una antología de ocho textos ordenados cronológicamente que se caracterizan fundamentalmente por su carácter unitario, no siendo extractos de las obras más conocidas y existentes actualmente en el mercado editorial como la Historia de los heterodoxos españoles (BAC y CSIC) o La historia de las ideas estéticas (CSIC).

Como se detalló en la anterior Crónica, la Sociedad Menéndez Pelayo había llevado a cabo una revisión de sus estatutos, fruto de la labor de la anterior Junta Directiva, buscándose incluso un refrendo más amplio con la publicación de los mismos en el Boletín de 1999 e invitando a todos los miembros de la Sociedad a enviar correcciones o adiciones, hecho que no se ha producido. Por lo tanto, los estatutos pueden darse por unánimemente refrendados. En cualquier caso, una de las primeras decisiones que tomó la primera Junta de Gobierno fue la de la celebración de una verdadera Junta General Ordinaria deSocios. Por desgracia, los obstáculostradicionales impidieron su inmediata celebración, pues asombrosamente habían desaparecido de la Biblioteca (y siguen sin aparecer) la lista de miembros de la Sociedad y la única que se pudo conseguir, limitada exclusivamente a los socios residentes en Santander, resultó ser completamente falsa. En vista de los hechos precedentes se tomó la decisión de convocar una Junta General Ordinaria mediante convocatoria pública insertada en los medios de comunicación, Junta queSocios,que tuvo lugar el sábado 24 de noviembre de 2001 en la Cátedra de Menéndez Pelayo.

En lo que se refiere a la página web (si lo menciono aquí es porque tanto el ordenador como el programa Hotmetal con el que se realizó la versión de la página web de la Biblioteca y de la Sociedad, así como el coste de las comunicaciones telefónicas, corrieron y siguen corriendo a cargo de la Sociedad Menéndez Pelayo) se preparó una completa actualización accesible desde el 30 de diciembre de 2001 en la dirección
http://www.bibmp.com/,www.bibmp.com, abandonando así la agradable tutela de la Universidad de Cantabria, para lograr una mayor agilidad en la actualización de sus contenidos. A 28 de diciembre de 2001 el número de usuarios ha alcanzado la cifra de 32.654 visitantes.

ACAMFE
En diciembre de 2000 tuvo lugar, organizado por la propia Asociación de Casas-Museo y Fundaciones de Escritores (ACAMFE) con la colaboración de la Fundación Gerardo Diego y la Casa de Cantabria en Madrid, el VII Encuentro de esta asociación, limitado en esta ocasión a un día y medio, el 20 de diciembre de 2000 en Madrid. En este encuentro se dedicó una sesión a los programas ministeriales de ayuda y colaboración, una interesante mesa redonda sobre derechos de autor y se aprovechó para presentar un cederrón que contenía los estatutos de la ACAMFE, en castellano, gallego, catalán y vascuence. Sin embargo, antes de este VII Encuentro, el Consello da Cultura Galega organizó los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2000 unas Xornadas sobre As casas museo, coordinadas por el presidente de ACAMFE, don Gonzalo Rey, en el que presenté nuevamente Menéndez Pelayo digital, así como una ponencia titulada La utilidad de la tecnología: la edición electrónica de textos que junto con el resto de las ponencias de las Xornadas publicará el Consello próximamente.

Fruto del trabajo de, prácticamente, todo un año fue el VIII Encuentro de ACAMFE, celebrado en Gran Canaria en las casas-museo de León y Castillo (Telde), Tomás Morales (Moya) y Pérez Galdós (Las Palmas) y una Asamblea General extraordinaria y una Asamblea General ordinaria celebrada en la Casa de Colón, así mismo en Las Palmas el 22 de septiembre de 2001. En ella se presentaron las memorias en las que constan los 32 socios de pleno derecho y los 6 socios provisionales pendientes de ratificación por la Asamblea General. Quizá se pueda destacar entre las propuestas de actividades para el año 2002 la creación de secciones de trabajo y la organización y creación de un gabinete de prensa, así como la declaración de utilidad pública para ACAMFE, la distribución de la Guía de ACAMFE y la presentación del portal de ACAMFE.

En esta reunión canaria tuvo lugar la presentación de dos importantísimos resultados de la actividad de ACAMFE como fueron su guía impresa de la Asociación y el prototipo de su página web. Algunas semanas más tarde la página web estaba ya accesible para todos en la red en la dirección
http://www.acamfe.org/www.acamfe.org y se prepara rápidamente una segunda edición de la guía que contenga no sólo la información corregida y ampliada de las Casas-Museo, de todas y cada una de ellas, siguiendo una estructura común, sino también de las nuevas Casas-Museo admitidas en la Asociación en la citada Asamblea General. Cabe destacar que se incorporó a la Asociación la Casa-Museo de Alfonso Reyes, emplazada como es sabido en México, lo que confirma la vocación internacional de nuestra cultura. Para que ello fuera posible se incorporaron determinadas modificaciones a los Estatutos, que se habían presentado en cederrón en la reunión de Madrid del 2000 en la Casa de Cantabria.

A propuesta del Director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, la Asociación se abrió así mismo a Portugal por evidentes razones culturales y porque esto también facilitará la presentación de proyectos a la Comisión Europea. Para el año 2002 está prevista la celebración de una Exposición representativa de los contenidos de todas las Casas-Museo en Salamanca, coincidiendo con la celebración de la capitalidad cultural europea de la ciudad del Tormes. En efecto, el 20 de junio de 2001 y fechado en Zaragoza, se presentó el proyecto expositivo: Señas de la literatura: las casas-museos de escritores españoles, del cual es comisario José-Carlos Mainer y lleva la dirección artística Chus Tudelilla. El discurso expositivo se desarrollará en tres grandes apartados que corresponden a otras tantas épocas literarias: a) Una sociedad literaria: el tiempo de la Restauración; b) Los intelectuales: en torno a 1898; y c) Modernos y vanguardista: la nueva literatura. Las fechas previstas para la exposición son noviembre y diciembre de 2002, hasta el puente de la Constitución, y el lugar, los edificios históricos de la Universidad.

Fundación Gerardo Diego
Como es sabido la Sociedad Menéndez Pelayo fue decisiva para la constitución final de la Fundación Gerardo Diego. Quizá no esté de más recordar aquí alguno de los antecedentes. Gerardo Diego había expresado en muchas ocasiones su deseo de donar su archivo y biblioteca a la de Menéndez Pelayo; de hecho esta intención fue presentada formalmente a la Sociedad Menéndez Pelayo por uno de los miembros de su Junta de Gobierno al principio de los 90, don Rafael Gómez de Tudanca, -tan unido por todo tipo de lazos a la familia Gerardo Diego-, tal y como recogen las actas oportunamente redactadas.

A este deseo se oponía el propio testamento de don Marcelino que impide la incorporación de ningún tipo de material bibliográfico a su colección, como es bien sabido. En aquella reunión, celebrada en agosto de 1991, quién firma esta líneas y que ya formaba parte de la Junta de Gobierno de la Sociedad Menéndez Pelayo, propuso como alternativa el que la Biblioteca de Gerardo Diego pasara a formar parte de la Casa-Museo de don Marcelino, ocupando aquellas dependencias que habían estado reservadas y que de hecho seguía ocupando en aquella fecha la familia de Ignacio Aguilera. La idea fue aceptada por todas las partes y de hecho recibí el encargo del Secretario General de la Sociedad, don Manuel Revuelta, de redactar el borrador de unos estatutos, cosa que hice efectivamente (y que aún conservo). Basado en esos estatutos, aunque con importantes modificaciones, se constituyó la Fundación, siendo Alcalde don Manuel Huerta, pero realmente no llegó a perfeccionarse hasta el año 1999, gracias a la iniciativa del Concejal de Cultura, don Rafael de la Sierra, y del propio director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo que unos meses antes de la muerte de doña Germaine, viuda del poeta, había visto (e informado de ello) el deplorable estado en el que se encontraba la colección bibliográfica, aún no enviada a Santander, en el piso de la calle Covarrubias que la familia debía abandonar.

Por iniciativa de doña Pureza Canelo, que como se reseñó en la anterior Crónica, había sido nombrada directora-gerente de la Fundación, se dio un muy importante impulso a la remodelación de la Casa-Museo de los Menéndez Pelayo, gracias a la amistada personal que la une con el arquitecto Lorenzo Fernández Ordóñez, que con gran diligencia elaboró, con la ayuda de una de las arquitectas del Ayuntamiento, doña Laura Peña, un hermoso Anteproyecto de rehabilitación de la Casa-Museo de Menéndez Pelayo, fechado en julio de 2000 y con un presupuesto estimativo de 69.996.480 pesetas. En este anteproyecto está prevista una denominada sala de reuniones polivalente en la que la Sociedad Menéndez Pelayo instalará su sede social. Por desgracia, y como se verá varias veces en estas páginas, la tramitación administrativa no siempre es ágil y en previsión de ello la Sociedad Menéndez Pelayo, representada en el Patronato de la Fundación Gerardo Diego, se ofreció a diligenciar todos los aspectos, idea que aunque se aprobó en un principio fue finalmente descartada, siendo el propio Ayuntamiento el que pasó a ocuparse de todos los extremos. De hecho, el 31 de mayo de 2001 el Excmo. Ayuntamiento reunido en pleno aprobó con carácter excepcional el expediente para contratar las obras de rehabilitación de la Casa-Museo de Menéndez Pelayo para su adaptación para destinarlo a sede de la Fundación Gerardo Diego, una vez aprobado en el pleno del Ayuntamiento de fecha de 29 de diciembre de 2000 dicho proyecto por un presupuesto de contrata de 86.857.828 pesetas.

Por fin el proyecto fue adjudicado a la empresa ASCAN y las obras pudieron iniciarse en el invierno del año 2002, con algunos incidentes que quizá convenga reseñar, entre los que destaca la elaboración del inventario de los bienes que componen el Museo de la Casa de los Menéndez Pelayo. Al final y por recomendación del Director del Museo de Bellas Artes de Santander se convocó urgentemente a doña Mónica Álvarez Careaga para que realizara el inventario y las fotografías de las piezas conforme a otros trabajos, verdaderamente excelentes, que había llevado a cabo en Cantabria. Por otra parte, las fotografías que ella se había propuesto realizar, y sus características, sería posible la preparación de un futuro cederrón y la inclusión en el sitio web, lo que sin duda sería muy útil para los numerosos visitanes de la Casa-Museo. Sin embargo, al día siguiente se recibió contraorden y se suspendió el trabajo que había iniciado en fin de semana dada la premura a la que se le había instado. A cambio de ello se ha realizado un inventario, llamémoslo piadosamente así, en el que, a modo de ejemplo, se enumera: “Pasillo: 3 cuadros; 1 lámpara de metal y cristal transparente”. Verdaderamente en estas condiciones es muy difícil trabajar.


Convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de Santander y la Sociedad Menéndez Pelayo
Los días 9 y 16 de febrero de 2001 tuvieron lugar reuniones de la Comisión de Seguimiento del Convenio con el Ayuntamiento de Santander, a la que asistieron don Antonio Pérez (PRC), Concejal Ponente de Cultura del Ayuntamiento de Santander, doña Josefina Lusares (PP), Concejala de Educación y Juventud y don Jesús García (PSOE), en representación todos ellos del Ayuntamiento y don Benito Madariaga y don Xavier Agenjo por la Sociedad. En la reunión se presentó una memoria de las actividades realizadas así como un programa para el año 2001 y se fijó el importe de la subvención nuevamente en 5 millones de pesetas, a pesar de la solicitud por parte de la Sociedad de que esta cantidad se incrementara. Así mismo se entregaron las publicaciones que se habían realizado, empezando con el ya citado tomo LXXVI del Boletín y Hacia un nuevo inventario de la ciencia española : Actas de las IV Jornadas de Hispanismo Filosófico, tomo 13 de la serie Estudios de Literatura y pensamiento hispánicos. De la misma serie se entregaron las obras Evolución poética de Jaime Siles de Ángel Díaz Arenas, tomo 14; El gorro frigio de Manuel Suárez Cortina, tomo 15, ésta vez en coedición con la editorial Biblioteca Nueva; Semblanza y obra de José María de Cossío de Rafael Gómez, tomo 16 de la serie en coedición con la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria y la Fundación Gerardo Diego; y La crisis del estado liberal en los países de la Europa del Sur: Actas del II Encuentro de Historia de la Restauración, tomo 17. De la serie Conferencias y discursos se aportaron las obras de Brian C. Morris Lorca entre la muchedumbre de Nueva York, número 4 de la serie; Menendezpelayismo y ortegafobia de Julio Neira, número 5; y Vida y milagros de un manuscrito de Lorca de Nigel Denis, número 6. Así mismo, se constató la realización de Manuscritos anteriores a 1500 de la Biblioteca de Menéndez Pelayo: tres estudios y un catálogo a cargo de Marcelino González Pascual, título que figura con el número 5 de la colección Fuentes.

El proyecto para el año 2001 se fijaba las siguientes propuestas: 2 millones de pesetas para la elaboración del Boletín del año 2001, 1 millón de pesetas para las coediciones con Biblioteca Nueva, 1 millón de pesetas para la celebración de conferencias y 1 millón más destinado, a partes iguales, a la colaboración en la organización del Congreso de la Asociación de Hispanismo Filosófico, del IV Encuentro de la Historia de la Restauración y del I Congreso de Metodología e Investigación de la Historia Literaria.

Proyecto COVAX
Sin duda alguna, una de las actividades más importantes realizadas a lo largo del año 2000 y 2001 ha sido la preparación de un prototipo de sistema distribuido de recuperación de información documental en formato XML, según contrató el 27 de diciembre de 1999 el consorcio del proyecto con la Comisión Europea, consorcio del que forma parte la Biblioteca de Menéndez Pelayo, por un total de hasta 1,800,000 euros, es decir 299,494,800 pesetas, de las que a la Biblioteca de Menéndez Pelayo le corresponden hasta 121,127 euros, es decir, 20,153,837 pesetas. El lector interesado podrá encontrar una amplia información en el sitio http://www.covax.org/. Es muy de lamentar la absoluta falta de colaboración del personal de la Biblioteca de Menéndez Pelayo en el proyecto, al que incluso se le calificó, en un rasgo de supina ignorancia, de irrelevante. De hecho, lawww.covax.org. La totalidad del trabajo, absolutamente todo, ha sido realizado por el Director de la Biblioteca. Nada de esto habría sido posible sin el apoyo permanente de la Residencia de Estudiantes y muy en particular de doña Francisca Hernández, directora del Centro de Documentación de esa institución, que suplió con su trabajo y su esfuerzo todas las carencias de la Biblioteca de Menéndez Pelayo y con quien esta institución ha contraído una deuda imposible de pagar.Nula, así mismo, resultó la colaboración de la Biblioteca Pública del Estado en Cantabria, cuyo sistema ABSYS 5.0 no pudo generar cintas en formato ISO 2709 para ser cargadas posteriormente en el citado prototipo. Esta situación me trae a la memoria la complejísima migración de los datos quecontenía el sistema SABINA y que hubo que integrar en ARIADNA, destripando prácticamente aquel programa y tomando los datos directamente de los ficheros internos. Así de forma análoga e igualmente penosa hubo que tomar los datos de los registros etiquetados, los únicos que pudo generar el referido sistema ABSYS, con el grave inconveniente, además de penoso, de no contar de forma diferenciada con registros de fondos y localizaciones.

Es una verdadera lástima y una ocasión perdida que nunca volverá a repetirse la que se le presentó al personal de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, bien entendido que también me refiero a la Sección de Fondos Modernos, más conocida por Biblioteca Municipal de Santander, aunque esto merece párrafo aparte, de conocer todo el conjunto de técnicas que configurarán, configuran ya, el futuro de la profesión y del tratamiento de la información documental, tanto bibliográfica como archivística y museológica. Me refiero lógicamente al lenguaje de marcado XML, a las DTDs para el formato MARC, a EAD, etc., etc. que se han incorporado en España justamente con este proyecto, lo que habría facultado a dicho personal para imponerse desde un principio en las técnicas más avanzadas de proceso y recuperación de la información.

Tan penoso e inexplicable como lo anterior ha sido la absoluta falta de aplicación y casi de puesta en funcionamiento de un extraordinario escáner Minolta 7600 que pudo adquirirse gracias a la subvención de la Comisión Europea y del proyecto COVAX, así como una red de microordenadores, incluyendo un servidor, así como un router para la salida al exterior. De hecho, los obstáculos tradicionales dificultaron durante meses la implementación de la red ante el asombro de los contratistas. Como era de esperar, estos equipos sí se han utilizado para trabajos totalmente rutinarios y ajenos a los propósitos de COVAX, cuando no reservados a investigaciones particulares.

De hecho, Ramón Mayoral se incorporó el 2 junio de 2000, procedente de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, Sección de Fondos Modernos, para auxiliar a José Manuel Pardal en sus funciones de vigilancia y sobre todo en el manejo de equipos de fotografía digital del proyecto COVAX. Asombrosamente, y a pesar de que el ordenar un traslado es función propia del Director de la Biblioteca como habían confirmado en el Servicio de Personal del Ayuntamiento de Santander, los obstáculos tradicionales impidieron tal acción y el Concejal de Cultura, tras recibir un informe en contra del mencionado traslado firmado por el personal técnico y vigilante, en total 3 personas, revocó su propia decisión. En tal informe se afirmaba que se estaba elaborando (no por el Director ciertamente) un perfil para la plaza de vigilante que había quedado vacante tras la muerte del señor Crespo, el más antiguo de los empleados de la Biblioteca. Por cierto, que en una de las Juntas de personal se repitió,por quién no tenía ninguna competencia para ello, lo del referido perfil y se afirmó ante el asombro general que el tal perfil debía incluir nociones de ebanistería. Realmente es muy difícil trabajar en estas condiciones.

En noviembre de 2001 la Sociedad Estatal España Nuevo Milenio organizó un foro sobre El libro, las bibliotecas y los archivos en España a comienzos del Tercer Milenio, en Santander los días 12 a 15, y encargó precisamente al Director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo una ponencia sobre el futuro del libro y las bibliotecas en España, titulada Perspectivas tecnológicas en el libro y la biblioteca del futuro. En esta ponencia, impartida el día 13, se disertaba sobre los nuevos perfiles y el nuevo rumbo que está tomando la profesión bibliotecaria (y la archivística y la museológica), así como el tratamiento, proceso documental, conservación y difusión a través de Internet. Un ejemplo claro de todo ello era y es COVAX, que ha conjugado la teoría y la práctica en la Biblioteca de Menéndez Pelayo ante el completo desinterés de todo su personal técnico.

En el mismo sentido, el jueves 22 de marzo de 2001 pronuncié una conferencia en el Centro Cultural Caja Cantabria, dentro de un ciclo organizado por la Casa de Europa en Cantabria sobre La red y la integración de la Unión Europea, en la que me extendí sobre el apoyo proporcionado por la Comisión Europea a través de su programa IST a aquellos proyectos en los que se combinaba la sinergia de la recuperación del patrimonio cultural común europeo y los nuevos desarrollos tecnológicos que pueden hacer posible que este se difunda de una manera mucho más amplia y eficaz entre los ciudadanos europeos, de lo cual era ejemplo palmario el proyecto COVAX.

Por el contrario, el 4 de abril de 2000 me fue denegado el permiso para asistir a la primera de las reuniones del proyecto COVAX que se celebró en Barcelona, a partir de lo cual hube de desistir de contribuir al proyecto de otra forma que no fuera vía Internet, no asistiendo a las reuniones, pagadas por la Comisión Europea, que se celebraron en Karlskrona (Suecia), Graz, Luxemburgo, Roma, Londres y Salzburgo.

A estos efectos resultó muy importante la reunión celebrada el 9 de octubre de 2001 en Madrid que se conoce en la jerga de los proyectos europeos como Peer review meeting, en este caso la número 2, que se podría traducir como reunión de seguimiento y control, en la que tras la presentación de los distintos paquetes de trabajo, la discusión del trabajo llevado a cabo y la demostración del sistema desarrollado, es decir del prototipo, la Comisión aprobó el trabajo realizado, a diferencia de revisiones anteriores, sin tener que introducir ninguna modificación en el proyecto, con lo que quedó definitivamente aprobado y puede darse por concluido con la aceptación plena de la Comisión y de los revisores oficiales.

Biblioteca Virtual de Menéndez Pelayo
La actividad principal llevada a cabo durante el periodo es la de la Biblioteca Virtual de Menéndez Pelayo, aunque el nombre que se acabará imponiendo será Proyecto Polígrafos. Al tratarse de un proyecto en plena concepción, es claro que ni siquiera los nombres están fijados definitivamente y quizá al final y dentro de las bibliotecas virtuales que está promoviendo la Fundación Hernando de Larramendi, principal valedora de esta iniciativa, figurarán, como digo, probablemente, una Biblioteca Virtual Menéndez Pelayo de Polígrafos hispanos y una Biblioteca Virtual Fernando de Melo de Polígrafos portugueses. Estas dos bibliotecas peninsulares estarán complementadas con una Biblioteca Virtual Andrés Bello de Polígrafos hispanoamericanos y una Biblioteca Virtual José de Anchieta de Polígrafos brasileños.

En la Crónica anterior sí quise dejar noticia de las más importantes referencias aparecidas en los medios de comunicación acerca de este proyecto, y tanto fue así que llegué a repetir el amable comentario que, primero de todos, dedicó José Ramón Saíz a Menéndez Pelayo Digital por aquello de que más vale ser adelantado de un golpe que de Castilla. Quizá convenga reseñar ahora el más técnico que he conocido, es decir la reseña publicada por José Antonio Millán en El País, suplemento Babelia, el 10 de febrero de 2001. José Antonio Millán afirmó: De llevarse a cabo estaríamos ante un auténtico continuum hipertextual que permitiría navegar a un importantísimo subconjunto de la cultura española. Y tampoco quiero dejar de destacar la aparecida en el número 5 de la Revista de la Asociación de Hispanismo Filosófico a cargo del nuevo secretario de esta Asociación, Rafael V. Orden, que también se ocupó del Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, 1919-1995 en su edición digital. Entre paréntesis mencionaré que fue denegada una subvención por parte del Parlamento de Cantabria, para actualizar en una segunda edición, corregida y aumentada, el Boletín digitalizado hasta el año 2000.

Muy importante, por su extensión y difusión, fue la reseña que publicó Emilio Blanco sobre Menéndez Pelayo en formato digital, en el número 51, correspondiente a marzo de 2001, de la Revista de libros de la Fundación Caja de Madrid.

Como digo, desde que se publicó Menéndez Pelayo Digital hasta la fecha en que se redactan estas páginas, se han llevado numerosas gestiones a cabo, al mismo tiempo que se ha definido un sustrato teórico para la realización de la edición. Lo cierto es que en la Crónica anterior, acuciado por algunos problemas que intenté dejar muy claros en aquellas páginas, no me extendí demasiado en los tres momentos inaugurales de la Biblioteca Virtual, es decir, la de su presentación en Santander, la presentación en Nueva York y la presentación en México, todas las cuales han tenido su repercusión en los trabajos que se han emprendido seguidamente.

La gran importancia del proyecto Menéndez Pelayo Digital, mediante el cual se ha globalizado el acceso a uno de los acervos más importantes del patrimonio cultural del Ayuntamiento de Santander, es decir, la Biblioteca de Menéndez Pelayo, justificaba la presentación de sus resultados no sólo en Santander sino en, quizá el centro más emblemático del hispanismo internacional, la Hispanic Society de Nueva York y en la mayor ciudad hispanohablante del mundo, es decir, en la Biblioteca Nacional del Instituto de Antropología e Historia de México. Para ello, las entidades que habían intervenido en la realización del proyecto, es decir, la Fundación Histórica Tavera, la Caja de Ahorros de Santander y Cantabria y, lógicamente, el Ayuntamiento de Santander, a los que habría que añadir el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Fundación Universitaria Española, así como la Sociedad Menéndez Pelayo y la Fundación Ignacio Hernando de Larramendi, estuvieron de alguna manera presentes. Entre las personalidades que estaba previsto que asistieron a los actos se contaba incluso con el Excmo. Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Santander y el Ilmo. Sr. Concejal de Cultura, que finalmente no pudieron ir.

Hay que tener presente que de forma paralela, antes y después de los dos actos académicos citados, la conferencia en la Hispanic Society del día 9 de noviembre y el día 12 en la Biblioteca Nacional del Instituto de Antropología e Historia de México, se mantuvieron reuniones con destacadas personalidades de la diplomacia, la empresa y la cultura de ambos países, conducentes todos ellos a recabar financiación para la continuidad del proyecto Biblioteca Virtual de Menéndez Pelayo.

La muerte de don Ignacio Hernando de Larramendi el 9 de septiembre de 2001 es una desgracia irreparable para la Biblioteca de Menéndez Pelayo, que había encontrado en uno de los capitanes de empresa más importantes de España, así como uno de los más eficaces promotores de fundaciones culturales (existen hasta 6 fundaciones Mapfre, además de la Fundación Histórica Tavera y la propia Fundación Hernando de Larramendi), el principal de sus valedores, quizá porque compartía y apoyaba con una energía y habilidad absolutamente extraordinaria el fin estratégico del proyecto, es decir, difundir el pensamiento español en el mayor grado posible, utilizando las nuevas tecnologías de la información. El lector puede consultar en este mismo Boletín la necrológica que, brevemente y todavía emocionado por la noticia, acerté a redactar.


Archivo Virtual de la Edad de Plata
Desde un comienzo, la Biblioteca de Menéndez Pelayo, más exactamente su director, para qué andarnos con engaños, ha colaborado en este proyecto, aunque sin lograr, a pesar de los repetidos esfuerzos burocráticos, ningún tipo de oficialidad en el asunto. Hay que tener claro, por otro lado, que el Archivo Virtual de la Edad de Plata tiene mucho que ver con COVAX, de hecho parte de ARIADNA, e incluso está relacionado con ACAMFE.

Para concretar un poco más, hace ya un par de años que el convenio de colaboración entre la Residencia de Estudiantes y el Ayuntamiento de Santander, es decir, la Biblioteca de Menéndez Pelayo, corre alegremente entre las distintas dependencias municipales, desde dónde siempre ha vuelto a mi mesa con alguna apostilla sugeridora de modificaciones, a mi juicio irrelevantes y capciosas; no obstante lo cual y tras volver a negociar con la Residencia de Estudiantes se ha llegado a disponer de un convenio que está perfectamente dispuesto para su firma. En un momento dado se pensó que podría considerarse como un acto publicitario positivo el que el firmara el Alcalde de Santander, aprovechando alguna visita a Madrid o el Director de la Residencia de Estudiantes en alguno de sus desplazamientos a Santander, diera pie para la firma del referido convenio, que tanto bien haría a la Biblioteca de Menéndez Pelayo. Pero, hasta el momento, sea por razones de protocolo, sea por razones de cuya índole no me es posible hacerme una idea, el acuerdo sigue sin firmarse.

De los beneficios que la firma del mencionado acuerdo se desprendería, constituye buena prueba el trabajo realizado en la Casona de Tudanca. La verdad es que hasta en cuatro ocasiones tuve que subir a la Casona con don Antonio Pérez Coria, para lograr hacer un estudio y un presupuesto del proceso de grabación de los ficheros que había realizado a lo largo del tiempo don Rafael Gómez de Tudanca. Aprovechando las jornadas que sobre Cossío organizó la Sociedad Menéndez Pelayo, con el apoyo de otras instituciones, una de cuyas sesiones se celebró en la Casona, don Antonio Pérez Coria, que ha dirigido procesos de reconversión retrospectiva tan importantes como los de la propia Biblioteca Nacional, desde la A hasta la Z, la Real Academia Española, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, etc., etc., cargó en el maletero de su coche los referidos ficheros (hicimos unas fotos muy divertidas al efecto) y la reconversión se llevó a cabo. Naturalmente con los ficheros resultantes, grabados de forma normalizada, doña Francisca Hernández no encontró excesivas dificultades para subir a la base de datos los aproximadamente 15.000 registros que ahora pueden consultarse por Internet en la dirección
http://www.archivovirtual.org/.www.archivovirtual.org.

Sin duda el avance es impresionante, de la noche al día, pero difícilmente se encontrará reconocimiento para el trabajo y, sobre todo, la iniciativa de Antonio Pérez, Francisca Hernández y del director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, que bien hubiera querido para sí y sobre todo para un buen conocimiento de la Edad de Plata el que las fichas de la Biblioteca Menéndez Pelayo hubieran sido convertidas y cargadas en una base de datos. Ni el más mínimo problema técnico habría aparecido con don Antonio Pérez Coria y doña Francisca Hernández, pero la firma del convenio de colaboración pesa como una losa. En estas condiciones es muy difícil trabajar. Quiero insistir en que la puesta en Internet de los fondos de la Biblioteca de Menéndez Pelayo son esenciales para el conocimiento de la cultura española contemporánea e histórica. Contemporánea, pues Menéndez Pelayo recibía, lógicamente, toda la producción literaria de valor que le enviaban sus contemporáneos, e histórica, porque don Marcelino se ocupó, en la medida de sus posibilidades, de recuperar bibliográficamente el pasado de las letras españolas. Si alguien tiene duda de ello, bastará con que establezca un paralelismo entre los corresponsales que aparecen en el Epistolario de don Marcelino y los libros que la propia biblioteca contiene.

El proyecto EPístol@
Los días 22 y 23 de febrero de 2001 la Residencia de Estudiantes organizó un seminario sobre Epistolarios al que asistí y en la que mostré el Epístolario de Menéndez Pelayo incluido en Menéndez Pelayo Digital. Como consecuencia de este seminario se decidió presentar un proyecto a la convocatoria de proyectos de I+D del Ministerio de Ciencia y Tecnología, bajo la dirección del profesor José Carlos Mainer.

Como se dice en la introducción del proyecto, Epístol@ pretende la recuperación, análisis documental y edición digital de los epistolarios de la Edad de Plata y tiene como objetivo final la formación de un corpus electrónico de epistolarios que pueda ser permanentemente incrementado y actualizado por diferentes autores... ...El establecimiento de una metodología común, lo que se considera el núcleo fundamental del proyecto, permitirá que la elaboración de los epistolarios pueda ser abordada en fases, garantizando unos resultados comunes acumulables en un corpus epistolar de la Edad de Plata, que podrá ir incrementándose con el tiempo. Efectivamente, los epistolarios de personalidades relevantes de la cultura española, y especialmente literatos, aportan una fuente de información básica para cualquier posterior estudio sobre la historia de la literatura española, la historia de la edición española contemporánea y la transmisión de textos. Hasta la fecha los edición de estos epistolarios ha dado lugar a una abundante bibliografía, sin embargo, y como corresponde a ediciones tradicionales en papel, la consulta de estos epistolarios tiene los límites marcados por el soporte, aunque indudablemente todo el aparato complementario de un epistolario como índices, estudios preliminares, anotaciones, etc. permiten obtener una cuantiosa información que se vería radicalmente potenciada con la aplicación de técnicas y tratamientos de las nuevas tecnologías de la información. La aplicación de estas nuevas tecnologías permitirá realizar búsquedas aleatorias sobre la totalidad de los texto, no únicamente sobre un epistolario, enlazar documentos relacionados por medio de vínculos hipertextuales, estructurar la información textual conforme a procedimientos normalizados que posibilite la aplicación de herramientas lingüísticas, etc. y, sobre todo, unos mecanismos de búsqueda, recuperación y presentación de información aplicables a la totalidad de los epistolarios.

Una prueba de la potencialidad de este tipo de recursos pudo apreciarse de modo muy sucinto en el I Congreso Internacional Curros Enriquez e o seu tempo, organizado por el Consello da Cultura Galega en el que la explotación de Menéndez Pelayo digital resultó decisiva. En efecto, José Ignacio Cabano Vázquez, del Centro Superior Bibliográfico de Galicia, y yo mismo, presentamos el viernes 14, en la sesión de tarde, dedicada a la recepción de la obra del poeta, una comunicación titulada Curros Enriquez e a crítica tradicionalista, basada en el análisis del Epistolario de Menéndez Pelayo tratado digitalmente.

José García-Velasco, director de la Residencia de Estudiantes comunicó al equipo investigador que conforma el proyecto Epístol@ que se había recibido la aprobación de la subvención.


Biblioteca de Menéndez Pelayo. Sección de Fondos Modernos
El error y la confusión que se arrastra todos los días y que todos los días proporciona inconvenientes se basa en la confusión que existe entre la Biblioteca de Menéndez Pelayo y la Biblioteca Municipal de Santander. Si nos atenemos estrictamente a los hechos, la Biblioteca Municipal de Santander que se creó en 1907 no tiene en líneas generales nada que ver con la Biblioteca que don Marcelino legó a la ciudad de Santander, como no fuera su común titularidad municipal en aquellos momentos. Sin embargo, es lo cierto que la Biblioteca Municipal de Santander se fundió en los años cuarenta con la Biblioteca Menéndez Pelayo, como se la denominaba. Lo de Biblioteca de Menéndez Pelayo quizá sea más preciso, pero no es su nombre oficial o administrativo, y mucho más grave es lo que ocurre con la Biblioteca Municipal de Santander, que no existe desde el punto de vista administrativo, sino que es una sección, la sección de Fondos Modernos de la Biblioteca Menéndez Pelayo. Y esto ya desde hace sesenta años. Yo soy completo partidario de que ambas bibliotecas se desvinculen, pero naturalmente mediante un acto administrativo procedente de una decisión política adoptada en un pleno municipal. Lo que no tiene sentido es que, por el interés particular de unos funcionarios, que aprovechan la confusión reinante, se dé como un hecho verdadero esa diferencia administrativa entre ambas bibliotecas, e incluso se utilice un papel membrete diferenciado, se disponga de un libro de registro diferente, y así de forma sucesiva. Si la Biblioteca Municipal de Santander debe, como yo creo, ser independiente de la Biblioteca de Menéndez Pelayo no puede ser de facto sino de iure. Se acabaría así con muchos problemas administrativos que en último término no hacen más que complicar la gestión administrativa y redundan en un mal servicio al lector. De esta manera, lo único que se logra es debilitar la capacidad directora de quién, aún no queriéndolo y aún opinando, además, que debe tratarse de dos bibliotecas distintas, se encuentra con la existencia legal de un único servicio.

En cualquier caso, la debilidad de la posición del Director nunca quedó más claramente reflejada que en el concurso-oposición convocado por el Ayuntamiento para cubrir en propiedad una plaza de Ayudante de Archivos y Bibliotecas. Con fecha 6 de septiembre de 2001 la Jefe de Servicio de Régimen Interior y Personal se dirigió a mí, es decir, al Director de la Biblioteca Menéndez Pelayo y de la Biblioteca Menéndez Pelayo, Sección de Fondos Modernos, para comunicarme que había sido nombrado vocal titular, con voz pero sin voto, y en representación de las centrales sindicales, como se indicaba en el correspondiente Boletín Oficial de Cantabria. No puede expresarse de forma más palmaria la falta más absoluta de respaldo que se otorgaba al Director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, el único funcionario del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos a cargo de las bibliotecas municipales de Santander, que en realidad y como repetidamente digo, aunque sean dos de facto, son una de iure. Tal vez yo debía haber rechazado, si me hubiera sido posible, ese nombramiento (lo que me hubiera, ciertamente, evitado asistir a unos penosos ejercicios, a cuyo secreto estoy obligado), pero de haberlo hecho así no habría quedado de manifiesto el verdadero respaldo con el que el Director cuenta en el Ayuntamiento y sencillamente habría parecido una omisión más. Realmente es muy difícil trabajar así.

Quizá lo más llamativo de lo ocurrido en la Biblioteca de Menéndez Pelayo, Sección de Fondos Modernos ha sido el inicio del programa de digitalización a partir de los microfilmes realizados en los años anteriores y que ya se anunciaba en el prólogo del Catálogo de Publicaciones periódicas de Cantabria 1809-1996, aparecido en 1997 (en papel permanete ISO 9706-1994). En efecto, el periódico El Cantábrico, uno de los más importantes, se encuentra ya digitalizado, gracias a la subvención de la Obra Social de la Caja de Ahorros de Cantabria. Como es natural esa subvención la consiguió el Director de la Biblioteca tras múltiples informes, gestiones y reuniones, como no es otro su deber y gracias a la buena disposición que mostrarón tanto don Jesús Manuel Zaballa, Presidente de la Obra Social de Caja Cantabria y de don José Ramón Saíz, Presidente de la Comisión de Control de Caja Cantabria y destacado historiador de la prensa cántabra. En el año 2002 está previsto proceder a la digitalización de La atalaya, El pueblo cántabro y La voz, lo que redundará extraordinariamente en el manejo de una de las colecciones más solicitadas en la Biblioteca de Menéndez Pelayo y que como es lógico y dado el proceso de acidez del papel se encuentra en unas condiciones deplorables.

Ya en 1996, presenté un proyecto completo, de coste nada elevado, por cierto, para adoptar medidas de preservación y conservación modernas y eficaces, dado el informe-consultoría que conseguí gratuitamente de una de las mejores empresas del sector (me refiero a TSA, Conservación de Patrimonio), en el que se destacaba la abundante presencia de bacterias, hongos y bibliófagos en la Biblioteca Menéndez Pelayo, es decir, y ruego que se me disculpe mi insistencia, tanto en la Biblioteca de Menéndez Pelayo como en la Biblioteca de Menéndez Pelayo, Sección de Fondos Modernos. Por desgracia, y aunque cada año solicito en mi previsión presupuestaria que se tomen esas medidas, jamás se han tenido en cuenta y el deterioro de los fondos avanza inexorablemente. También en aquellas fechas presenté un proyecto de seguridad integral para el edificio, acompañado de su correspondiente presupuesto, tampoco muy elevado y que compartía como red de transmisión de datos la de los sistemas informáticos y la de preservación y conservación, proyecto que ha venido corriendo idéntica suerte.

Incluso las mínimas cantidades de que dispone la Biblioteca para encuadernar y restaurar fondos se han utilizado en diversas ocasiones para atender a otras necesidades, sin advertir además al Director, que había encargado la preparación de los materiales, lo que se convierte en trabajo perdido. Pero quizá nada puede dar más idea de la importancia que se atribuye a la Biblioteca de Menéndez Pelayo y en particular a la Sección de Fondos Modernos, el hecho de que en año 2000 la asignación presupuestaria para compra de libros haya sido de 500.000 pesetas para una ciudad de más de 200.000 habitantes y que en el año 2001 el presupuesto haya sido, aunque parezca imposible, de 0 pesetas. Realmente en estas condiciones es muy difícil trabajar y entra en la categoría de lo milagroso el no sentirse completamente desmoralizado.

También parece que la Biblioteca va a perder la oportunidad de adquirir las naves de la histórica imprenta de Martínez, puede que la imprenta más antigua de España, que se ha trasladado al Polígono de Raos. (Ya don Marcelino no podría escribir poesías a I.M.)

Estos locales, que se podían adquirir por menos del 2 % de lo que supone la gran obra de remodelación del edificio de Tabacalera para Archivo y Biblioteca Central de Cantabria, es decir, 3.040.788.236 pesetas, permitirían abrir una grandísima sala de lectura y consulta en el centro de Santander, con acceso por la calle Cisneros y que podría estar abierta día y noche y los fines de semana. Quizá, en lugar de que la noche se moviera, se estaría quieta, consultando libros o estudiando apuntes, en lugar de emprender una costosa trasnformación en La gota de leche, otro maravilloso edificio sin un destino claro que, al parecer, se va a dedicar a ludoteca, concepto este último que tiene 25 años, se encuentra completamente superado y en modo alguno responde a la gran necesidad de puestos de lectura para la consulta de apuntes que, queramoslo o no, suponen un porcentaje altísimo de los usuarios de las bibliotecas y dificultan el manejo a lectores, estos sí, e investigadores de los fondos bibliográficos. Dada además la inexistencia real de bibliotecas escolares una iniciativa semejante habría proporcionado por una cantidad no muy elevada de dinero un magnífico servicio público a la sociedad.

En lo que se refiere a las cinco bibliotecas periféricas o bibliotecas de barrio siguen adoleciendo de una falta total de organigrama y estructuración que las permita trabajar en red. Algun esfuerzo se habrá hecho para crear la red de bibliotecas en la Comunidad Autónoma de Cantabria, pero naturalmente se ha prescindido de la ciudad de Santander, aunque en ella viva más del 40 % de la población de Cantabria, y por otro lado el proyecto de automatización que, suplantándome, presentó uno de los funcionarios de la Biblioteca Municipal no ha salido adelante y es de esperar que no salga, debido a su altísimo coste y su nulo sentido biblioteconómico.

Como se sabe, las bibliotecas son 5 y tres de ellas dependen de Centros culturales, Doctor Madrazo, Fernando Ateca y Salvador Jado, y dos bibliotecas no incluidas en centro cultural, la Gutiérrez Solana y la María Luisa Pelayo. Estas bibliotecas en su mayoría están atendidas por funcionarios o asimilados de los grupos C y D, aunque en los últimos tiempos se ha nombrado un Director del Centro Cultural Doctor Madrazo y la directora de la Biblioteca Gutiérrez Solana ha pasado a ser, no directora de las bibliotecas de barrio, sino coordinadora de los centros culturales. Mucho jefe para tan poco indio, sobre todo cuando el presupuesto para adquisiciones es, como he indicado, de 0 pesetas.

En cualquier caso, conviene reseñar que sin encomendarse ni a Dios ni al diablo se instaló una red de ordenadores en la Biblioteca de Gutiérrez Solana a la que se denomino pomposamente Biblioteca Virtual, calificativo en absoluto cierto. Es una red al servicio del público y ya es algo, pero en modo alguno una biblioteca virtual. Y la biblioteca María Luisa Pelayo, la que se encontraba en peores condiciones que ninguna otra se ha incorporado al Centro cultural Callealtero que como ya expliqué en mi Crónica anterior ha construido a partir de una de las salas del antiguo cuartel de la Guardia Civil. Por cierto, que doña María Luisa Pelayo, que tanto hizo por la cultura y otras necesidades sociales en Santander, se ha quedado sin biblioteca.

En ninguna de las dos últimas decisiones tuve ni arte ni parte; quizá habría podido aportar algún conocimiento y experiencia, pero debió de considerarse que de ambas se andaba sobrado.


Biblioteca Central de Cantabria. Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico de Cantabria
El proyecto ARCCa se situó por fin en la red en la dirección http://www.arcca-cantabria.org/ . Como en anteriores boletines se ha ido haciendo referencia a este proyecto, no esta de más citar aquí su aparición en Internet. Por desgracia, este proyecto que compartía una buena parte de los principios metodológicos de COVAX y que ha recibido importantes aportaciones presupuestarias a lo largo de los años, no ha cumplido ninguna de sus expectativas. Contrasta dramáticamente la inversión realizada en este proyecto sin resultados con la subvención recibida en COVAX con resultados tangibles.

Dada la magnitud presupuestaria de la remodelación de los antiguos locales de Tabacalera para sede de la Biblioteca y Archivo Central de Cantabria será necesario que el concurso se publique en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas, acción que se espera llevar a cabo en marzo de 2001 y así haber adjudicado en septiembre de este año unas obras que en lo tocante a la partida presupuestaria del presente año asciende a 300 millones de pesetas.

Sobre el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico de Cantabria el Director de la Biblioteca Central de Cantabria ha escrito (Boletín de ANABAD, 3-4: 2000, p. 146), tras afirmar que "no dispone de una colección de calidad, especialmente histórica", lo siguiente: "tras la firma del convenio correspondiente en 1997 con el Ministerio de Educación... se está trabajando con los propios fondos de la Biblioteca Central de Cantabria." Pues menos mal que no dispone de una colección de calidad, porque los cuatro años podrían haber sido cuarenta. Pero además, "según el estudio de prioridades, los fondos pertenecientes a la Iglesia Católica y familias nobles e hidalgas son consideradas el principal objetivo." La frase no tiene desperdicio, don Marcelino no era noble; ¿sería hidalgo? ¿veremos aparecer otra vez las pruebas de limpieza de sangre? ¿Qué diría de esto don Américo? ¿Era Menéndez Pelayo converso? Tremendo.

En cualquier caso, parece claro que la Biblioteca de Menéndez Pelayo, ni la de don Marcelino ni la Sección de Fondos Modernos, están entre las prioridades. A pesar de que la segunda es la más importante -con muchísima diferencia- en lo que se refiere a fondos cántabros, no sólo de Santander, y la primera es una de las más importantes bibliotecas españolas por lo rico y escogido de su colección. Sería algo así como si para hacer el catálogo del arte rupestre de Cantabria se soslayara intencionadamente Altamira. ¡Casta de hidalgos!


El beato de Liébana
Con encantadora modestia de don Enrique Campuzano se situó el primero como comisario e hizo desaparecer mi nombre como guionista, lo cual tal vez le tenga que agradecer ya que el guión presentaba dos o tres errores y cinco o seis inconsistencias que prefiero que no se me atribuyan. En cualquier caso, en esta ocasión el sic vos non vobis se me aplicó vellis nollis.

Quizá convenga extenderse un poco en esta aplicación de las nuevas tecnologías, en este caso la infografía, procurando proporcionar algunos detalles sobre la gestación del proyecto. En uno de mis despachos con el anterior Director General de Cultura, Adolfo H. Alonso, en los que intentaba convencerle de que subvencionara al menos en parte la edición de La leyenda de los santos (Flos Sanctorum del Ms. 8 de la Biblioteca de Menéndez Pelayo) con fondos de la Asociación Cultural Año Jubilar Lebaniégo, don Adolfo me habló de su proyecto de preparar una exposición a partir de la colección de facsímiles del Beato en el recientemente restaurado Oratorio de San Felipe Neri en Potes que la Consejería había ido reuniendo en los últimos meses. No pude yo por menos de comentarle que creía que tal exposición no resultaría un éxito, pues verdaderamente sólo un experto y sólo un experto sería capaz de apreciarlo y en modo alguno atraería la atención del gran público y menos en una zona tan turística como Potes y la Liébana. Me acordaba yo en aquellos momentos de un proyecto museológico que me trasladó para que le informara doña Carmen Lacambra, directora general de la Biblioteca Nacional, en el que se definían las líneas directrices del Museo del Libro de la Biblioteca Nacional. Creo que aquel documento lo había redactado doña Isabel Bravo. Como en aquella ocasión, aconsejé a don Adolfo Alonso una exposición utilizando técnicas de representación visual que pudieran hacer llegar al público el porqué y el cómo de aquellos comentarios que Santo Beato escribió al Apocalipsis de San Juan. Parece que la idea le atrajo, pero supuso que un proyecto de esas características sería muy costoso y llevaría mucho tiempo. Le dije que todo lo contrario y que al día siguiente tendría un proyecto y un guión en la mesa de su despacho, así como una estimación presupuestaria. Así lo hice y el Director General dio luz verde al proyecto, pero no deseando cargarme excesivamente de trabajo, me preguntó si no me parecía mal que el Director del Museo Diocesano, don Enrique Campuzano, me auxiliara en la tarea. Le dije naturalmente que no sino todo lo contrario, e inmediatamente envié por correo electrónico el guión de la exposición al señor Campuzano. Lo que ocurrió ya lo he dicho en el primer párrafo.

Publicaciones
A lo largo del año 2001 se ha incrementado el número de los tomos que componen las series Estudios de Literatura y pensamiento hispánicos, Conferencias y discursos y Fuentes con nuevas publicaciones . En Estudios de la Literatura y pensamiento hispánico se publicaron los números 17, La crisis del estado liberal en los países de Europa de Sur: Actas del II Encuentro de Historia de la Restauración, en coedición con la Universidad de Cantabria y Caja Cantabria; 18, La leyenda de los santos: (“Flos sanctorum” del ms. 8 de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, edición a cargo de Fernando Baños Vallejo e Isabel Uría Maqua; 19, Transición y Recepción. La filosofía Española en el último tercio del siglo XX, obra de Gerardo Bolado; y 20, Laiscismo y secularización en la España contemporánea: Actas del III Encuentro de Historia de la Restauración.

La serie Conferencias y discursos dio a la luz las obras de Ángel-Luis Pujante El manuscrito shakesperiano de Herrera y Bustamante, número 7/8 de la serie; Tertulias y círculos intelectuales del Santander de la Restauración de José Alberto Vallejo del Campo, número 9, y el 10 Los regeneracionistas cántabros y sus relaciones con Pérez Galdós de Benito Madariaga.

Por su parte los Manuscritos del siglo XVI de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, obra de Marcelino González Pascual, que iban a aparecer como número 6 de la colección Fuentes no han visto la luz. Al parecer, el presupuesto de publicaciones, contra lo acordado en la preceptiva Junta de Publicaciones, se agotó en compromisos adquiridos fuera de ella y en publicaciones menores de absoluta falta de perdurabilidad. El catálogo del XVI, realizado con la misma metodología que el de la Edad Media, con las lógicas diferencias diplomáticas, se ha quedado en el tintero, a pesar de que en él se describían obras de la importancia de Góngora, Lope de Vega o Fray Luis de León, por citar únicamente tres nombres indiscutibles. Habremos de seguir manejando los antiguos catálogos publicados en 1957 por Miguel Artigas y Enrique Sánchez Reyes sobre inventarios que había realizado el primero años muy atrás y en los que las identificaciones son poco precisas, el estudio codicológico y diplomático resulta inexistente y por supuesto la bibliografía no está actualizada.

Por el contrario, fruto de la colaboración con la editorial Biblioteca Nueva a la que hice referencia se pudieron publicar dos libros, el de Jean-Claude Rabaté Guerra de ideas en el joven Unamuno y el de Eric Storm La perspectiva del progreso: pensamiento político en la España del cambio de siglo, 1890-1912, así como una segunda edición del libro de Ciriaco Morón Arroyo Calderón, pensamiento y teatro, que se presentó, al igual que La leyenda de los santos, con un concierto de música barroca.Sobre la colaboración con Biblioteca Nueva quizá convenga reproducir la nota que apareció como presentación de El gorro frigio:

Con El gorro frigio, obra del profesor Manuel Suárez Cortina de la Universidad de Cantabria, la editorial Biblioteca Nueva y la Sociedad Menéndez Pelayo consolidan una colaboración que se inició en 1999 con la publicación del libro La huida de Perséfone: María Zambrano y el conflicto de la temporalidad, de José Ignacio Eguizábal. De este modo, una editorial y una asociación cultural siempre muy inclinada hacia la actividad editorial, que hunden sus raíces en las primeras décadas del siglo, se combinan buscando una sinergia que les permita ahondar en la difusión del análisis de las raíces de la cultura española, tanto en su vertiente histórica como literaria-filosófica. Así, las actividades de las instituciones culturales logran airear con la colaboración del sector privado, que nunca puede descuidar la rentabilidad comercial, una mayor presencia de la reflexión académica, condenada tal vez a una difusión restringida y precaria.

Intimamente ligada, pues, la actividad publicística de una editorial que lleva el nombre de biblioteca y de una Sociedad surgida también al llamado de otra biblioteca, la de Menéndez Pelayo, pondrán a su disposición –ése es su compromiso público— dos, tal vez tres, nuevos títulos todos los años, contribuyendo en la pequeña medida de su esfuerzo a hacer inteligible la realidad, sus raíces y sus frutos.
Los editores

Por último, hacer mención de la edición facsímil del libro Las medidas del romano de Diego de Sagredo a cargo de Antonio Pareja Editor, según el ejemplar de la Biblioteca de Menéndez Pelayo impreso por Remón de Petras en Toledo en 1526 y acompañado con un volumen de estudios de los editores literarios Fernando Marías y Felipe Pereda y dos estudios de la influencia de este libro en la arquitectura renacentista francesa a cargo de Frederique Lemerle y Yves Pawels (y un prólogo del Director de la Biblioteca).

Congresos y conferencias
Por desgracia, en la Crónica publicada el año anterior y quizá como consecuencia de lo que en sicología se llama un acto fallido, no reseñé la presentación de la edición facsímil del Testamento de don Marcelino que realizó don Pablo Beltrán de Heredia, profesor emérito de la Universidad de Texas y que tuvo lugar el 5 de octubre de 2000 con la asistencia del Concejal de Cultura y la Vicepresidenta de la Sociedad Menéndez Pelayo, doña Lourdes Royano. Digo acto fallido porque el testamento sigue sin cumplirse íntegramente en lo que se refiere a la remuneración del Director y además, y como ya apunté antes, el Director es de carácter poco bizcochable. En efecto, el Director de la Biblioteca recibió un consejo imperativo de que realizara ciertos cambios funcionales en la Biblioteca de Menéndez Pelayo, Sección de Fondos Modernos, para ajustarse a los que, unilateralmente y con grave perjuicio de los investigadores, había tomado la dirección de la Biblioteca Pública del Estado. No se siguió el consejo y por lo tanto se suspendió el acuerdo de colaboración entre la Consejería y el Ayuntamiento para solventar determinado problema derivado de la falta de cumplimiento de ciertas claúsulas del testamento de Menéndez Pelayo, ratificada hasta en 6 ocasiones por el Ayuntamiento de Santander y sucesivamente los ministerios de Instrucción Pública, Educación y Ciencia y Cultura, y vigente para todos los directores que han ocupado la plaza. Por no seguir el consejo, no se firmó el convenio, tal y como se me previno y de ahí lo de acto fallido.

Tampoco reseñé que los días 22, 23 y 24 de febrero y el 1 y 2 de marzo del año 2000 se celebraron en el Ateneo de Santander una serie de conferencias con el título Santander hace un siglo, que venían a ser como un precipitado de Santander, fin de siglo, sin duda alguna una de las obras más importantes publicadas en Cantabria en el ámbito de la historia contemporánea (por cierto, que la obra se encuentra completamente agotada en las librerías) y como es lógico y normal en estos casos en los que se logra un éxito tan considerable, la primera edición se encuentra llena de problemas administrativos que fácilmente podían solventarse con una segunda edición, pocas veces más oportuna que en este caso. Las conferencias se publicaron posteriormente en una coedición entre la Universidad de Cantabria y el Ateneo de Santander, en un bello volumen apaisado que recogía las intervenciones deAndrés Hoyo Aparicio, Aurora Garrido Martín, Xavier AgenjoBullón, Luis Sazatornil RuizBullón y Manuel Suárez Cortina, organizador del ciclo de conferencias y autor también de la introducción.

Los días 22 a 24 de noviembre de 2000 se celebró el III Encuentro de Historia de la Restauración dedicado en esta ocasión al tema Laicismo y secularización en la España contemporánea, al que asistieron catorce profesores de otras tantas universidades españolas así como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, organizado, como siempre, por la Sociedad Menéndez Pelayo y la Universidad de Cantabria y gracias a la colaboración de la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria. En esta ocasión se contó además con el apoyo de la muy influyente Asociación de Historia Contemporánea que aprovechó la ocasión para celebrar la reunión de su junta directiva.

El 19 de diciembre de 2000 se presentó el tomo 19 de la colección Pronillo, titulado Cinco siglos de viajes por Santander y Cantabria, admirable recuperación filológica del profesor Dámaso López García. Asistieron a la presentación el Presidente del Parlamento de Cantabria, don Rafael de la Sierra, el Concejal de Cultura, don Antonio Pérez, el Presidente de la Sociedad Menéndez Pelayo, Benito Madariaga, y el propio autor, corriendo a cargo del Director de la Biblioteca la presentación del libro.

El 9 de enero de 2001 tuvo lugar una importantísima presentación en la Cátedra de Menéndez Pelayo puesto que se dio a conocer el Catálogo de manuscritos medievales que había realizado el doctor Marcelino González Pascual. Estaba prevista la presentación de Manuel Sánchez Mariana, director de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid, pero no pudo llegar a Santander por las inclemencias del tiempo.

El 8 de febrero de 2001, el profesor Ángel Luis Pujante, tras dos días de revisiones y cotejos en la Biblioteca de Menéndez Pelayo, pronunció su conferencia El santanderino Manuel Herrera Bustamante y su manuscrito shakespiriano, que se publicaría meses más tarde con una ligera variación de título y en el que se resolvía no un enredijo bibliográfico, sino una muy deficiente catalogación. No estaría de más decir que fue el Secretario de Estado de Cultura, don Luis Alberto de Cuenca, quien me solicitó que intentara localizar el manuscrito correctamente.

El 18 de febrero se reunió la comisión bipartita Sociedad Menéndez Pelayo-Biblioteca Nueva, formada por el profesor Juan Pablo Fusi y el editor Antonio Roche, que acababa de recibir el premio a la mejor labor editorial correspondiente al año 2000, así como los profesores Lourdes Royano y Manuel Suárez, de la Universidad de Cantabria, en representación de la Sociedad Menéndez Pelayo.

El día 18 de febrero y con esos mismos participantes se presentó en el Ateneo de Santander el libro El gorro frigio: liberalismo, democracia y republicanismo en la Restauración del profesor Manuel Suárez Cortina.

El día 22 de febrero se presentó, en homenaje tardío a Calderón de la Barca, la segunda edición, corregida y aumentada, de Calderón, pensamiento y teatro del profesor Ciriaco Morón Arroyo. La presentación fue acompañada por un concierto de música barroca española del siglo XVII, con instrumentos antiguos, viola de gamba, guitarra barroca y espineta, con fragmentos correspondientes a La púrpura de la rosa, ópera que no se había representado desde el Siglo de Oro. Este concierto fue organizado y dirigido por Rosa Conde, profesora de Música del Conservatorio Ataulfo Argenta de Santander y miembro de la Junta de Gobierno de la Sociedad Menéndez Pelayo. Aprovecho la ocasión para corregir una errata bastante divertida de la Crónica anterior en la que afirmaba que Rosa Conde, organizadora de un concierto de música medieval para el Congreso Internacional de Medievalistas había organizado un concepto de época. Desde luego, que no le vendría mal al medievalismo algún concepto nuevo, pero lo que Rosa organizó, con su brillantez y eficacia habituales, fue un magnífico concierto de música gregoriana.

En abril del 2001 dirigí una carta abierta a la Sociedad de Santander a través de nuestro sistema de buzoneo, en la que detallaba las actividades que se iban a producir a continuación. La carta fue reproducida por la mayoría de los medios de comunicación de Cantabria y creo que es oportuno volverla a repetir aquí.

Con esta carta tengo mucho gusto en hacer pública la próxima celebración, en Santander y en la Cátedra de Menéndez Pelayo, de dos importantes reuniones especializadas en ciencia y crítica filosófica y en estudios filológicos. Me refiero, en primer lugar, a las V Jornadas de la Asociación de Hispanismo Filosófico, que tendrán lugar los días 16 a 18 de abril y al que asistirán más de 50 profesores de media docena de paises, procedentes de cátedras e instituciones prestigiosas. Durante esos tres días se repasará el estado actual de los conocimientos sobre la historia de la filosofía hispana y sus perspectivas de futuro, haciéndose públicos los estudios más importantes que se llevan a cabo en todo el ámbito del hispanismo.

La Sociedad Menéndez Pelayo ya editó las actas de las III Jornadas y así mismo, tras celebrar las IV en Santander, volvió a publicarlas con el significativo título de Hacia un nuevo inventario de la ciencia española. No será el menor de los alicientes de este congreso la presentación de los nuevos prototipos de bibliotecas virtuales, que de forma análoga al Menéndez Pelayo digital se han venido preparando durante los últimos 18 meses.

La semana siguiente, del 23 al 25 de abril, se celebrarán las I Jornadas de Metodología e Investigación de la Historia Literaria: Memoria de la Edad de Plata, que se han organizado con la colaboración de la Residencia de Estudiantes y la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, siempre, como en el caso anterior, con el apoyo del Ayuntamiento de Santander a través de su Concejalía de Cultura y de la propia Sociedad Menéndez Pelayo. Igualmente, prestigiosos profesores procedentes de diversos países darán a conocer sus últimas investigaciones y planteamientos de inmediatos trabajos en la Cátedra que lleva los apellidos de don Marcelino.

Especial importancia tendrá la presentación del proyecto Epístol@ que supone un avance extraordinario en la metodología de la investigación literaria, mediante la creación de un corpus intertextual retroalimentado mediante procedimientos basados en la inteligencia artificial y la indexación automática, de forma tal que la memoria de la Edad de Plata pueda consultarse e investigarse como un todo.

Tras una visita de los participantes el día 22 a la Casona de Tudanca, se iniciará el congreso el día de las letras españolas, el lunes 23 por la mañana, con la ofrenda de unas coronas de flores por parte de las autoridades de Cantabria, en homenaje a la literatura hispana, a través de quién fue uno de sus máximos críticos e historiadores, y que terminó su vida legando a Santander, su patria, su biblioteca y edificio en el que se halla, y que constituye sin duda alguna una de las mejores colecciones bibliográficas del mundo, en la que se encuentran íntimamente ligadas la filosofía y las letras españolas.

Aunque las sesiones de trabajo de ambos congresos, cuyos programas le adjunto, son de carácter especializado, tengo mucho gusto en invitarle a asistir a estos actos que sin duda consolidan la importancia cultural de nuestra ciudad en el ámbito del hispanismo internacional.

Y, en efecto, los días 16 y 18 de abril se celebraron las V Jornadas de la Asociación de Hispanismo Filosófico a las que asistieron más de cincuenta profesores procedentes de cátedras e instituciones prestigiosas de media docena de países.

Así mismo, del 23 al 25 de abril tuvieron lugar las I Jornadas de Metodología e Investigación de la Historia Literaria: Memoria de la Edad de Plata, que se organizaron con la colaboración de la Residencia de Estudiantes y la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. Durante estas Jornadas tuvo lugar la presentación del proyecto Epístol@ a cargo del Director de la Fundación Residencia de Estudiantes José García-Velasco.

El 8 de mayo la Universidad de Cantabria dedicó un acto académico in memorian al profesor doctor don Luis García Ballester, en la que asistieron don Juan Antonio García-Porrero Pérez, decano de la Facultad de Medicina, don Manuel González Morales, decano de la Facultad de Filosofía y Letras, don Fernando Salmón Muñíz, Investigador del CSIC, don Jon Arrizabalaga Valbuena, también investigador del CSIC, don José Ángel García de Cortázar y Ruíz de Aguirre, catedrático de Historia medieval, así como el Director de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, a quién la Universidad otorgó el honor de cerrar el acto. Con el profesor García Ballester se habían establecido conversaciones preliminares para una posible edición digital, dentro de la Biblioteca Virtual Menéndez Pelayo de Polígrafos Españoles, de su extraordinaria edición crítica Opera omnia de Arnau de Vilanova. Por desgracia, no ha podido ser así, pero sin duda con sus discípulos Fernando Salmón y Jon Arrizabalaga será posible llegar a un acuerdo, sobre todo en un momento en que se está reconsiderando la metodología de la edición crítica del gran polígrafo catalán.

El 24 de mayo de 2001 se impartió la conferencia Canciones en las comedias de Calderón a cargo de doña Begoña Barrio, catedrática de Lengua y Literatura del Instituto de Enseñanza Secundaria Calderón de la Barca de Gijón.

El 29 de mayo de 2001 se presentó el libro El imperio de Carlos V. Cuatro ensayos, del que son autores Mario Crespo López y Óscar Portugal García, que fue presentado por el profesor Juan Eloy Gelabert González, catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Cantabria.

El 22 de junio de 2001 se presentó en Ámbito cultural de El Corte Inglés el libro La leyenda de los santos a cargo de sus editores Fernando Baños e Isabel Uría y de la miembro de la Junta de Gobierno de la Sociedad Menéndez Pelayo doña Rosa María Conde, profesora de música del Conservatorio Ataulfo Argenta de Santander, y que contó con un concierto de música gregoriana en que desde Laeta Dies hasta Amén se interpretarón 15 piezas.

El 29 de junio, y dentro del XXXIII Congreso del Instituto International de Literatura Iberoamericana, Ignacio González Casasnovas y yo tuvimos ocasión de hacer una presentación ante un numeroso público de Menéndez Pelayo digital, siendo presentados por la profesora Raquel Chang-Rodríguez. El público, predominantemente americano y muy interesado, realizó preguntas muy concretas sobre los sistemas de codificación y marcado que se habían utilizado en Menéndez Pelayo digital, lo que contrasta con otras presentaciones realizadas en España.

El 12 de julio de 2001 se presentó el libro El románico en los monumentos históricos de Cantabria y Portugal de la que es autora Maria Ealo de Sa, introducido por Joao Pedro Antunes consul general de Portugal y Jesús Tanco, profesor de la Universidad de Navarra.

El 27 de septiembre de 2001 tuvo lugar la presentación del libro Tertulias y círculos intelectuales del Santander de la Restauración a cargo del profesor doctor don J. Alberto Vallejo del Campo y con la presidencia de don Benito Madariaga.la concejala de educación doña Josefina Lusares. Durante el acto se presentó el libro que recogía la conferencia, así como la edición de la que había pronunciado el profesor Pujante y a la que he hecho referencia líneas antes, El manuscrito shakespiriano de Herrera Bustamante. Es interesante hacer observar que a esta convocatoria se unió también, por obra de Ángel de la Colina, La Sociedad Cántabra de Escritores (SCE), de la cual es presidente.

El viernes 26 de octubre de 2001 tuve el honor de cerrar el curso de Catalogación de impresos antiguos, celebrado en la Biblioteca Nacional del 8 al 26 de octubre dentro del Programa de cooperación con Iberoamérica, dirigido por doña Mercedes Dexeus, directora del Departamento de Patrimonio Bibliográfico. Si menciono aquí mi conferencia, titulada La tecnología aplicada a la preservación, descripción y difusión de manuscritos e impresos antiguos, se debe a que en ella hice muchas referencias tanto al proyecto de la Biblioteca Virtual de Menéndez Pelayo como al proyecto COVAX, lo que pareció interesar mucho a nuestros colegas hispanoamericanos.

Los días 14 a 16 de noviembre de 2001 se celebró el IV Encuentro de Historia de la Restauración dedicado en esta oportunidad al tema Liberalismo español, 1843-1931, al que asistieron dieciseis profesores de otras tantas universidades españolas así como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, organizado, como siempre, por la Sociedad Menéndez Pelayo y la Universidad de Cantabria y gracias a la colaboración de la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria. Previamente se había presentado en la Obra Social de la Caja de Ahorros de Cantabria la edición de las actas del encuentro anterior, Laiscismo y secularización en la España contemporánea: Actas del III Encuentro de Historia de la Restauración, que supone el número 20 de la colección Estudios de Literatura y Pensamiento Hispánicos.

Por último, los días 11, 12 y 13 de diciembre se celebró en Santander un ciclo de conferencias dedicado al proyecto de digitalización de la prensa cántabra "El Cantábrico". El programa estuvo compuesto por las siguientes intervenciones, don Jesús Manuel Zaballa expuso El papel de la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria en la recuperación del Patrimonio Histórico Cántabro; Benito Madariaga de la Campa intervino en La prensa cántabra de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, sección de Fondos Modernos y la investigación histórica; José Ramón Sáiz Viadero estableció, por su parte, las relaciones de La prensa cántabra de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, sección de Fondos Modernos y la historia local. Xavier Agenjo describió El proyecto de digitalización de la prensa cántabra, así como su alcance y límites. Por último, don José Ramón Sáiz Fernández cerró el ciclo con "El Cantábrico" en su contexto social y político.

Actividades de la Biblioteca: datos comparados 1996-2000
A continuación presento, tal y como me lo facilitan los ayudantes de la Biblioteca, el cuadro comparativo de las actividades de 1996 a 2000 en el que se nota un cierto incremento, expresado porcentualmente sería el siguiente. Destaca el fuerte número de fotocopias, ninguna de ellas autorizada por el director, lo cual, para colecciones cerradas en 1912 es una auténtica barbaridad y un verdadero atentado al patrimonio bibliográfico, máxime cuando desde hace dos años se dispone de un magnífico escáner Minolta 7600 adquirido gracias a los fondos del proyecto COVAX y que evitaría la fotocopia constante de los fondos e incluso la puesta en línea de una gran parte de ellos.

AÑO
USUARIOS
CONSULTAS
DOCUMENTOS
FOTOCOPIAS
INTERCAMBIO
WEB
1996
1,140
2,249
26,420
41,100
185

1997
1,231
2,720
29,560
42,578
197

1998
1,372
2,840
30,220
45,100
195
3,910
1999
1,368
2,801
31,102
43,302
196
9,520
2000
1,375
2,915
30,903
42,110
194
18,231

AÑOUSUARIOSCONSULTASDOCUMENTOSFOTOCOPIASINTERCAMBIOWEB19961,1402,24926,42041,10018519971,2312,72029,56042,57819719981,3722,84030,22045,1001953,91019991,3682,80131,10243,3021969,52020001,3752,91530,90342,11019418,231